Así burlan los niños el control parental para ver el 'Juego del calamar'
Los niños se las ingenian para poder visionar los capítulos de la serie pese al control de sus padres. La serie no está recomendada para menores de 16 años
virtiendo en el entretenimiento en los recreos ante la preocupación de los docentes y padres por las escenas violentas recreadas en los patios.
La gran pregunta es ¿Cómo es posible que los niño estén accediendo a un contenido recomendado para una edad mayor? Como alertaba una profesora en su cuenta de Twitter, la mitad de sus alumnos de 10 años reconocían que veían la serie y gran parte de ellos con sus propios padres.
Acceso a la serie a través de las redes sociales en tablets y smartphones
Pero, ¿Qué hay de aquellos que sus padres no les permiten ver la ficción? Sabemos que los niños cada vez aprenden más rápido en temas tecnológicos y aunque no vean la serie en un espacio común, tienen la opción de acceder a ella a través de sus propias tablets o smartphones. Muchos padres no conocen que la plataforma tiene una opción de control parental que impediría a sus hijos acceder a los contenidos que seleccionen los progenitores. De esta forma, existe la seguridad que, al menos con sus cuenta, no podrán ver series y películas no apropiadas.
En las últimas semanas se está produciendo otro fenómeno en redes sociales, mucho más difícil de controlar. Se trata de cuentas que trocean los capítulos y los van subiendo a cuentagotas en sus perfiles. Algo que está sucediendo en Tik Tok. Por ejemplo esta cuenta, reparte los capítulos en 19 clips de Tik Tok. De esa forma, viendo uno tras otro, van viendo la serie los niños. El desconocimiento de los progenitores hace pensar que en redes no encontrarán este tipo de contenidos.
Al final, es difícil lograr que un niño que quiera ver la serie no lo consiga, ya sea por voluntad propia, o con la ayuda de amigos, en sus casas, o con intercambio de cuentas de Netflix. Por eso, lo más importante es establecer una comunicación clara con tus hijos, dejar claro lo qué puede y no puede ver y ofrecerle alternativas adecuadas a su edad y gustos. Esa confianza mutua será la mejor precaución a la hora de prevenir que los hijos accedan a este tipo de contenidos.