PAPA FRANCISCO

Sor Geneviève, la amiga del papa Francisco que ha roto el protocolo en la capilla ardiente

Nerea Pardillo

Madrid |

La amiga del papa
El Vaticano

El cuerpo del papa Francisco ya está en la Basílica de San Pedro, donde miles de fieles, así como cardenales, obispos y miembros del Vaticano han acudido para despedirse de él. Francisco descansa en un ataúd de madera y zinc prácticamente a ras de suelo. El papa pidió que no se le colocara sobre un catafalco. Tampoco está situado a su lado el báculo papal.

El protocolo marca que las personas que entren a la Basílica después de pasar estrictas medidas de seguridad solo pueden pasar a verlo, no pueden pararse ni detenerse ante el ataúd, ya que el ritmo de la fila se ralentizaría.

Sin embargo ha habido una persona que ha roto el protocolo. Se trata de sor Geneviève Jeanningros, una monja de 81 años muy amiga del papa. Pertenece a la orden de las Hermanitas de Jesús y fue quien llevó a Francisco ante los feriantes y transexuales de Roma.

Sor Geneviève ha llegado a la Basílica con una mochila a los hombros y se ha queda en una esquina rezando. Nadie se ha atrevido a decirle nada. De hecho, uno de los miembros del cuerpo de seguridad le ha guiado hasta esa esquina para que pudiera despedirse de Francisco como se merecía.

Allí ha permanecido durante siete minutos, con las manos cruzadas, rezando y llorando, despertando las miradas de sorpresa de todos los que pasaban por ahí, hasta que un cardenal se ha acercado a ella, en lo que parece un gesto invitándola a abandonar el lugar.

Francisco la llamaba "la enfant terrible"

Su relación con el papa Francisco era muy cercana, tanto que la llamaba "la enfant terrible". Geneviève se dedica desde hace 56 años a asistir a las mujeres transexuales y a los feriantes de Ostia, la costa de la región del Lacio que el papa visitó el 31 de julio de 2024. Desde 2022 acudía a las audiencias generales de los miércoles presididas por el Papa y llevaba con ella a homosexuales, transexuales y feriantes.

Tras uno de estos encuentros con el pontífice, explicó al diario del Vaticano que su objetivo era "devolverles la dignidad" a estas personas y "rescatarlas de la prostitución" porque "a nadie se le puede arrebatar la dignidad de ser hijo de Dios".

Incluso una de estas transexuales que conocieron al papa fue asesinada poco después. "Se había tomado una foto con el papa, se la llevé y él rezó por ella", contó la monja al mismo medio.