La revolución digital al servicio de los océanos para buscar soluciones de futuro
La revolución digital puede ayudar a ciudadanos, científicos y legisladores de todo el mundo a conocer el estado de los océanos para buscar soluciones de futuro.
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“Nos ocupamos del mar, y tenemos divida la tarea, ella cuida de las olas, yo vigilo las mareas…”, cantaba la Mandrágora en una de las más bellas canciones de amor del siglo pasado. En este siglo, a la letra habría que añadirle un hecho: compartimos todos los datos que recabamos.
Los océanos, el 97 % del agua de la Tierra, están bajo la vigilancia atenta de cientos de miles de ojos expertos. Y hoy contamos con herramientas nuevas para recoger, analizar e interpretar ese aluvión de datos sobre el estado de salud de los océanos. Trabajamos en ello.
El big data y la inteligencia artificial son la herramienta del siglo XXI que permite crear un océano virtual y subirlo a la nube. Un océano que reúna todo, el absoluto: desde el seguimiento del nivel del mar, la detección de basura marina, el avistamiento de medusas o el control y gestión del sector pesquero. Todo estará contenido en un gemelo del océano que servirá para ensayar planes, conocer daños globales, decidir curas. El desarrollo de ese gemelo está en marcha.
La revolución digital al servicio de los océanos
Europa está construyendo un gemelo digital del océano. Estamos conectando nuestros activos, como los satélites Copernicus, infraestructuras de datos marinos como boyas y drones submarinos y añadiendo computación de alto rendimiento. Recopilaremos los datos sin procesar y los convertiremos en conocimiento en tiempo real y lograremos predicciones a más largo plazo. Estamos poniendo el poder de la revolución digital al servicio de nuestros océanos.
El gemelo digital europeo debería estar operativo en 2024 y hará que el conocimiento del océano sea de acceso abierto, disponible para ciudadanos, científicos y legisladores de todo el mundo. Será una plataforma para la cooperación global.
Récord de datos
En los últimos dos años se han recopilado más datos oceánicos que en todos los años anteriores combinados, y vamos camino de continuar rompiendo ese récord. Los datos también ponen de manifiesto que los sistemas oceánicos sufren cada vez más presiones. Los usos marinos, los servicios que la sociedad obtiene del mar, aumentan.
Avanzamos en mejorar las técnicas de modelado (ej., utilizando algoritmos de aprendizaje automático, series temporales, modelos para la evaluación de servicios ecosistémicos, etc.). Así, la inteligencia artificial, el big data y el aprendizaje automático ayudan a almacenar, visualizar y analizar datos espaciales y modelar las posibles consecuencias de los planes o medidas de gestión que se decidan.
El desafío del siglo XXI es la gestión e integración de datos entre diferentes fuentes y dominios industriales. Con esto conseguiremos abrir nuevas vías de mercado y Europa debe participar en el liderazgo de aplicaciones y tecnologías de observación de los océanos.
La próxima década será decisiva para muchas tecnologías marinas. Los científicos se encuentran constantemente construyendo y desarrollando una imagen digital del medio marino. En este sentido, y dentro de una de las tecnologías más prometedoras de la ingeniería de los océanos, nos encontramos con los gemelos digitales.
Ensayos en gemelos digitales
El uso de gemelos digitales (réplicas digitales exactas de objetos o entornos), se iniciaron en la industria aeroespacial, y tienen el potencial de revolucionar el conocimiento de nuestros océanos, mares y aguas. Los gemelos digitales pueden ser el punto de inflexión, porque nos ayudarán a simular soluciones de futuro.
Igual que las empresas de ingeniería prueban la durabilidad de sus productos en entornos seguros, podremos hacer lo mismo con los océanos y así, por ejemplo, probar las mejores maneras de proteger nuestros océanos o las consecuencias de determinadas políticas.
Se trata de un espacio digital que brinda acceso a grandes cantidades de datos, modelos, inteligencia artificial y otras herramientas, que permitirán replicar las propiedades y comportamientos de los sistemas marinos, incluidas las corrientes y olas oceánicas, la vida marina y las actividades humanas, y sus interacciones, en y cerca del mar.
En Europa, la Comisión Europea como parte de su programa de Misiones (EU Mission Restore our Ocean and Waters by 2030) está impulsando el componente de los gemelos digitales de los océanos ([[LINK:EXTERNO|||https://research-and-innovation.ec.europa.eu/funding/funding-opportunities/funding-programmes-and-open-calls/horizon-europe/eu-missions-horizon-europe/restore-our-ocean-and-waters/european-digital-twin-ocean-european-dto_en|||Digital Twins of the Ocean – DTO]]). Aunque estas aplicaciones se están dando primariamente de manera sectorial.
Necesitamos pasar de tener lagos digitales a tener océanos digitales, comenzar a unir todas las piezas de lego y pasar de bits y piezas sueltas de información a articular un marco que permita que los datos y modelos se conecten entre sí de una manera interoperable.
Solo así podremos dar respuesta a preguntas complejas como los impactos de las actividades humanas sobre el medio marino, o las afecciones y adaptaciones necesarias frente a impactos futuros del cambio climático.
Podremos proteger y/o restaurar nuestros océanos a la vez que impulsamos una economía azul sostenible. Nos ocupamos de ello.
Marta Pascual Altares, Investigadora Asociada en Centro Vasco de Cambio Climático (BC3), BC3 - Basque Centre for Climate Change
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.