Por qué los papas se cambian el nombre cuando son elegidos
Una de las tradiciones más arraigadas de la Iglesia Católica es la elección de un nuevo nombre por parte del Sumo Pontífice al ascender al trono de San Pedro.

13 de mayo de 2025
Madrid | (Publicado 23.04.2025 13:54 )
Aunque no existe una ley canónica que obligue al nuevo Papa a cambiar su nombre de pila, la costumbre se ha mantenido a lo largo de la historia. La elección de un nuevo nombre marca un punto de inflexión en la vida del elegido, representando su nueva misión y su conexión con sus predecesores.
Históricamente, la práctica se popularizó a partir del siglo VI. El papa número 56, Juan II, cuyo nombre de nacimiento era Mercurio, consideró inapropiado llevar el nombre de un dios romano. Este hecho sentó un precedente que fue seguido por muchos otros pontífices a lo largo de los siglos.
La elección del nuevo nombre puede tener múltiples significados:
En la era moderna, todos los papas han optado por cambiar su nombre tras su elección. El último en mantener su nombre de bautismo fue Marcelo II en 1555.
La tradición del cambio de nombre papal, aunque no obligatoria, sigue siendo un acto muy significativo que conecta el presente con el pasado de la Iglesia Católica. La elección del nuevo nombre es, en definitiva, una ventana a las intenciones del nuevo papa.