Los meteórologos de la AEMET ya han avisado de que estamos ante las peores olas de calor jamás registradas y de que puede, incluso, que lo que venga sea aún peor. Ante este panorama, una de las opciones cada vez más socorridas por los españoles es utilizar el aire acondicionado. Si bien es cierto que es uno de los electrodomésticos que más electricidad consumen -en un mes puede subir la factura hasta 36 euros, según la OCU-, su uso se torna cada vez más necesario ante las elevadas temperaturas.
Pero además del consumo, otro de sus mayores 'peros' es que al estar durante el resto del año apagado, una vez que se vuelve a encender, el aire acondicionado puede desprender cierto olor que acabe resultando incómodo. Eso sí, conviene saber que no es el propio aparato el que produce el hedor.
A decir verdad, esto puede ocurrir por varios factores que afectan a la unidad interior del aparato. Por un lado, por la acumulación de polvo en el intercambiador, la bandeja de desagüe, ventilador o filtros. Por otro, puede ser que el aire acondicionado este absorbiendo un mal olor por el desagüe o que lo esté cogiendo del ambiente. Por este motivo, es importante conocer que ciertos olores del hogar como la comida o el tabaco también van al electrodoméstico.
Que los filtros estén sucios suele ser una de las principales causas del mal olor que puede desprender el aire acondicionado. Además, reducen la eficiencia del aparato consumiendo más energía. Los filtros se encargan de filtrar el aire y evitar que las bacterias proliferen y afecten al funcionamiento, por eso es de vital importancia mantenerlos limpios.
Si bien es cierto que algunos aires acondicionados modernos ya cuentan con mecanismos auto limpiantes, aún hay muchos que no los tienen. El agua que expulsa el aire acondicionado a causa de la condensación va a la bandeja de desagüe y en muchos casos no se elimina. Esto puede causar la proliferación de hongos. Por eso, es importante secar la maquina con frecuencia y al finalizar la temporada de verano, ponerla en modo ventilación por unas horas.
Realizar una correcta limpieza de todas las partes del aire acondicionado con productos desinfectantes es fundamental para eliminar el polvo, bacterias u hongos que hayan en el interior del aparato.
Evitar el olor a comida, humo, tabaco o basura dentro del recinto ayuda a que los malos olores no proliferen ya que el aire acondicionado trabaja con el propio aire del ambiente.
Por otro lado, hacer un mantenimiento regular de estos equipos y encenderlos unos minutos durante los meses de inactividad ayudará a evitar que el polvo se acumule y que su funcionamiento no se vea afectado.