Estas son las causas más comunes que provocan el divorcio entre los españoles
La Asociación Española de Abogados de Familia ha publicado las causas más comunes por la que los españoles se divorcian y, además, han proporcionado consejos para llevar a cabo un buen divorcio.
La Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA) ha publicado los datos del informe del 'IV Observatorio del derecho de familia' en el que explican cuáles son los motivos más comunes entre los españoles para divorciarse.
El vocal de la AEAFA, Álvaro Iraizoz Reclusa explica cuál es el rango de edad en el que se llevan a cabo más divorcios. "Según numerosas estadísticas, el grupo de edad donde se producen más divorcios es aquel rango de edad entre los 40 y 50 años".
Además, desde la AEAFA recuerdan que desde el 2005, la separación conyugal o el divorcio en España están basados en un sistema no causal, es decir, que para solicitar el divorcio no hace falta alegar causa alguna, simplemente tienen que haber transcurrido tres meses desde la pareja se casó, en el caso de que el divorcio sea de mutuo acuerdo.
Sin embargo, si se trata de un divorcio contencioso, "no será preciso el transcurso del plazo de tres meses, para la interposición de la demanda cuando se acredite la existencia de un riesgo para la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o libertad e indemnidad sexual del cónyuge demandante o de los hijos de ambos o de cualquiera de los miembros del matrimonio", declara Iraizoz.
Los doce motivos por los que las parejas deciden divorciarse
Según la AEAFA estos doce motivos son las causas principales por la que las parejas españolas deciden divorciarse, aunque en muchos casos hay más de una causa:
- El desgaste, alejamiento y la falta de comunicación al que lleva el estrés provocado por la crianza de los hijos y el trabajo.
- El desenamoramiento, a veces, acompañado del inicio de una relación con una tercera persona.
- Infidelidades.
- Dificultades económicas.
- Discrepancias que surgen a raíz de la crianza y de la educación de los hijos. Se pone en evidencia estilos de vida y valores completamente distintos.
- La excesiva presencia de las respectivas familias políticas que generalmente ayudan, pero que a veces también ahogan. Sobre todo, cuando uno de los miembros de la pareja mantiene vínculos de excesiva dependencia con su familia de origen.
- Irritabilidad o mal carácter.
- Elección de una pareja con un carácter incompatible e irreconciliable con el nuestro.
- Adicciones.
- Violencia de género, doméstica, trato inadecuado entre los miembros de la pareja.
- Dificultad para gestionar las emociones que genera el surgimiento de enfermedades, físicas o mentales, o agravamiento de las ya existentes en algún miembro de la familia.
- Cuando uno de los miembros de la pareja "sale del armario" aceptando su verdadera orientación sexual.
Consejos para llevar un buen divorcio
Por otro lado, la Asociación de abogados también ha publicado los siguientes consejos para llevar a cabo un buen divorcio:
- Mantenga al margen del divorcio a los hijos. Nunca utilice a los hijos como arma arrojadiza contra el otro progenitor. El impacto psicológico de la ruptura es menor si los padres cooperan.
- No delegue en los niños, niñas y adolescentes la toma de decisiones esenciales.
- Intente racionalizar la situación. Evite dejarse llevar por los sentimientos.
- Intente alcanzar un divorcio de mutuo acuerdo. Es más económico que un procedimiento contencioso y le ahorrará sufrimiento emocional y tiempo.
- Evite tratar con su cónyuge aquellas cuestiones sobre las que no se ponen de acuerdo porque acabarán discutiendo. Déjelo para su abogado. Hable únicamente de aquellas cosas sobre las que no hay discusión.
- Trate de agilizar el trámite. Ralentizar las discusiones sobre los efectos del divorcio no suele conllevar ninguna ventaja. Cuanto más se alargue una situación complicada, peor.
- Evite comparaciones con otros divorcios de parientes o conocidos. Recuerde que el objetivo de un buen abogado de familia es confeccionar un traje a medida para su familia huyendo de clichés o fórmulas estereotipadas.
- Si hay patrimonio, como la vivienda, repártalo. No es bueno mantener bienes en común una vez divorciados. Es foco de conflicto.
- Recurra a un buen abogado especializado en Derecho de Familia con habilidades multidisciplinares. Le ahorrará sufrimiento emocional y tiempo. A la larga será más económico.