Qué es el acantilado de cristal: "La trampa sexista para relegar y desacreditar a la mujer"
El acantilado de cristal hace referencia a una barrera visible a la que se enfrentan las mujeres en el desarrollo de sus carreras profesionales. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, analizamos este fenómeno de la mano de tres expertas.
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Madrid | 08.03.2023 17:23 (Publicado 08.03.2023 09:04)
Son pocas las mujeres que logran acceder a puestos de poder, ya sea en política, en la esfera pública, en grandes empresas o, incluso, en las universidades. Además, existen numerosos fenómenos que lastran a la población para alcanzar la cima social, económica o política.
Por un lado, los denominados suelos pegajosos, atan a las mujeres a las tareas domésticas, es decir, a aquellas funciones feminizadas por las que no obtienen remuneración alguna: los cuidados de los niños, la limpieza del hogar y la carga mental de la familia.
Lourdes Pastor, consultora y agente de igualdad en Concilia2, consultora de Genero, Igualdad y Conciliación, explica que, en el sector de la limpieza, el 91% son mujeres, en la educación, el 70%, y, en los servicios sociosanitarios, el 80%. Además, la experta afirma que el mercado laboral actual se caracteriza por la división sexual y por la segregación horizontal.
Por otro lado, Ana Báez, secretaria y cofundadora de la asociación Mujeres en el Sector Público, sostiene que otro de los límites que frena el desarrollo profesional de la mujer es la automisoginia. "Por socialización de género nos educan en el perfeccionismo, la autoexigencia y la infravaloración, y eso nos autolimita", denuncia la experta.
El último informe de Grant Thornton sobre Women in Business 2022, muestra que, únicamente, el 36% de los puestos directivos están ocupados por mujeres en España. Ahora bien, cuando una mujer consigue atravesar el techo de cristal de una organización, no se terminan las dificultades. Aquellas que logran vencer este fenómeno, pueden verse afectadas por el acantilado de cristal.
Acantilado de cristal: ¿Cómo afecta a las mujeres?
El acantilado de cristal hace referencia a una barrera invisible a las que se enfrentan las mujeres, en el desarrollo de sus carreras profesionales, cuando consiguen acceder a cargos directivos.
"Muchas mujeres que consiguen ocupar estos puestos se encuentran dirigiendo organizaciones en crisis o en situaciones muy precarias, sin apoyo y sin los recursos necesarios para alcanzar el éxito, lo que las pone en una situación propicia al fracaso, es decir, al borde del acantilado, de ahí la expresión 'acantilado de cristal'", puntualiza Lourdes Pastor, que denuncia que hombres y mujeres no se enfrentan a las mismas situaciones.
De acuerdo con la especialista, el impacto de género en estas cuestiones pone de manifiesto que, a las mujeres, por norma general, siempre se les exige más y están más expuestas a sufrir discriminaciones por razón de sexo. Ana Báez ilustra esta situación de desigualdad con el caso de Elvira Dyangani, que en julio de 2021 se convirtió en la primera mujer en dirigir el MACBA en Barcelona. A los pocos días y antes de asumir oficialmente el cargo en septiembre, se anuncia por parte del museo nueva estructura, limitando sus áreas de responsabilidad y la cancelación del posgrado: no era el mejor de los escenarios para ponerse al frente.
En este contexto, ambas expertas sostienen que la media de años de experiencia que suelen reunir las mujeres en puestos de dirección suele ser de 15 años y, en la mayoría de los casos, estas mujeres están en torno a los 50 años.
Finalmente, Susana Reina relaciona este fenómeno con el "estereotipo sexista" de que las mujeres son más proclives a colaborar con la gente, más serviciales, más organizadas y empáticas. "Muchas veces, a las mujeres les educan para traer armonía al hogar y al trabajo. Por lo tanto, bajo este estereotipo, se piensa que somos mejores que los hombres para poder tomar las riendas de las situaciones en casos de conflicto y/o crisis", añade.
La mujer, directiva en casos de crisis extrema
Existen diversos estudios que indican diferentes causas por las que las mujeres tienen más posibilidades de llegar a puestos directivos en situaciones de inestabilidad, crisis o conflicto.
Por un lado, desde la Universidad de Houston, se pone de manifiesto que las organizaciones facilitan estas posiciones de acantilado de cristal a las mujeres porque, si finalmente fracasan, son fácilmente prescindibles. Por otro lado, un estudio de la Universidad de Exeter, Reino Unido, elaborado en 2004 por Michelle K. Ryan, doctora en psicología social, junto a Alexander Haslam, sostiene que se opta por mujeres para liderar situaciones de crisis porque se las percibe como buenas para la gestión, no como buenas para el liderazgo y que, además, se muestran más dispuestas a asumir el fracaso.
Ante los datos aportados por estas investigaciones, Ana Baéz detalla que una de las teorías que justifican el fenómeno del acantilado de cristal apunta al favoritismo de los hombres dentro del grupo, es decir, al sesgo endogrupal masculino.
La mujer, ¿puede escapar del acantilado de cristal?
Las expertas subrayan que, en lugar de centrarnos en estrategias para que las mujeres eviten ser víctimas de este fenómeno (y de cualquier otro), se debería fomentar y favorecer un cambio cultural y social hacia un modelo de cultura organizacional, menos masculinizado y menos tóxico.
Concretamente, Lourdes Pastor incide en la importancia de la formación y la sensibilización, tanto a mujeres como a hombres "y, probablemente, a estos últimos más especialmente", recalca. "Cualquier persona trabajadora y, sobre todo, aquellas que ocupen puestos de responsabilidad, dirección y mandos intermedios, debe tener formación al respecto y, por supuesto, resulta fundamental contar con planes de igualdad en las empresas", destaca la experta.
Asimismo, se ha de actuar en otros ámbitos como la educación, la cultura, el deporte y la política. También en estos casos con formación, con la inclusión de la perspectiva de género en el desarrollo de las funciones, de manera transversal y con planes estratégicos de igualdad entre mujeres y hombres.
El acantilado de cristal, acentuado por la pandemia
La crisis sanitaria producida por el coronavirus ha impactado en todos los ámbitos de la sociedad, siendo el sector de los servicios uno de los más perjudicados, mientras que las empresas con modelos de negocio digitales pudieron atravesar el momento con más solvencia.
Las especialistas en igualdad laboral coinciden en que, siempre que se vive alguna crisis o situación de inestabilidad, la población femenina se ve más afectada. Ante esta situación crítica en las que se atisbaba el fracaso, las compañías optaron por las mujeres para los puestos de responsabilidad. De esta manera, la crisis sanitaria por Covid-19 fue el detonante para que muchas mujeres se vieran al borde del acantilado de cristal.
Según informa el estudio "Covid-19 y liderazgo de las mujeres", elaborado por la ONU Mujeres a finales de 2022, al mismo tiempo en todo el mundo, las mujeres se encuentran en las primeras líneas de la respuesta al coronavirus, como jefas de Estado y de Gobierno, trabajadoras sanitarias, cuidadoras en el hogar y líderes y movilizadoras comunitarias, entre otros roles.
Ante estos datos, Lourdes Pastor subraya que, en muchos casos, la pandemia ha supuesto una oportunidad para mostrar nuevas formas de liderazgo y de gestión por parte de las mujeres, mucho más acertada y exitosa que la de los hombres.