¿Puede haber un tsunami en España? Estas son las zonas con más riesgo
El recuerdo del tsunami de 1775 sigue muy presente, y los expertos insisten en que, aunque poco probable, España no está libre de volver a sufrir un episodio similar.
Madrid |
Han pasado casi 250 años desde que un maremoto azotara con fuerza las costas españolas. Fue en 1775, tras un devastador terremoto en Portugal de magnitud 8,5 que afectó de lleno a Cádiz y Huelva y dejó alrededor de 2.000 víctimas. Desde entonces, el país no ha registrado episodios similares, pero los expertos advierten de que el riesgo sigue siendo real.
¿Cuál es la zona más vigilada?
Los últimos estudios geológicos señalan que el Mar de Alborán, al sur de la península, es el área con mayor probabilidad de originar un tsunami en España. La alta actividad sísmica de esta franja marina podría desencadenar olas que afectarían a gran parte del sureste, incluyendo las costas comprendidas entre Valencia y Málaga y las Islas Baleares.
Emilio Carreño, director de la Red Sísmica Nacional, subraya que el tramo costero "desde Torrevieja hasta el Estrecho de Gibraltar" es el más propenso a sufrir un maremoto en el futuro. La existencia de la falla marina Averroes, capaz de generar olas de hasta seis metros en la isla de Alborán, refuerza esta preocupación. En caso de producirse, las olas podrían alcanzar la costa española en apenas 21 a 35 minutos.
Cádiz y Huelva, un recuerdo y una posibilidad
Aunque un informe de Probabilistic Tsunami in the Mediterranean Sea descarta Cádiz y Huelva como las zonas más probables de ser golpeadas por un nuevo maremoto, los expertos recuerdan que no están exentas de peligro. El Atlántico también puede generar tsunamis, aunque con menor frecuencia que el mediterráneo.
En estas provincias, la probabilidad de que ocurra un tsunami de un metro de altura en los próximos 50 años es de un 10%. Por el contrario, la Comisión Intergubernamental de los Océanos estima que en el Mediterráneo el riesgo es total, "existe un 100% de probabilidad de que aparezca un tsunami de un metro de altura en los próximos 30 años".
Un riesgo real pero controlado
Para reducir el impacto de un posible maremoto, el Instituto Geográfico Nacional coordina un sistema de vigilancia que incluye sensores y boyas capaces de detectar cambios en el nivel del mar en tiempo real. Este sistema trabaja en conjunto con otros organismos internacionales para emitir alertas tempranas en caso de detectar movimientos peligrosos.