Por qué a veces siento presión en el pecho: causas y signos de alerta
Los pacientes suelen asociar la sensación de dolor o presión en el pecho con problemas cardiacos. Sin embargo, este malestar puede estar vinculado con otras enfermedades, como la ansiedad o la depresión.
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Madrid | 19.01.2023 10:02
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), entre las principales causas de muertes en España en 2022 se encuentran los problemas circulatorios, con el 26,1% del total de fallecimientos.
La primera causa de fallecimiento son las isquemias del corazón, es decir, infartos, anginas de pecho u obstrucción parcial o total de las arterias del corazón. A esta, le siguen disfunciones por tumores o afecciones al sistema respiratorio.
A pesar de que en muchas ocasiones estas manifestaciones son señales que manda el corazón, en otras circunstancias pueden estar relacionadas con patologías como la ansiedad, la depresión, la fatiga crónica o las alteraciones gastrointestinales.
Presión en el pecho: causas y manifestación
Nerea Pulgar Prieto, experta en medicina familiar y comunitaria en el Centro de Salud San Martín de Valdeiglesias, sostiene que el dolor en el pecho se puede dar por las siguientes causas:
- Origen cardiovascular: el síndrome coronario agudo (incluye el infarto de miocardio y angina de pecho), ciertas arritmias, el tromboembolismo pulmonar, la pericarditis o la disección aórtica.
- Origen pulmonar: el neumotórax, la neumonía, el derrame pleural, enfisema mediastínico, mediastinitis (inflamación de la zona del tórax entre los pulmones) o algunos tumores mediastínicos.
- Origen osteomuscular: la fractura o contusión costal, hernias discales dorsales, costocondritis (inflamación del cartílago que conecta una costilla al esternón), contracturas de la musculatura intercostal o, incluso, la presencia de metástasis costales.
- Origen digestivo: el espasmo esofágico, la rotura esofágica, el reflujo gastroesofágico, úlcera gástrica o distensión gástrica (los gases).
- Origen psicológico: depresión o ansiedad.
Entre ellas, añade que la presión en el pecho puede presentarse como un dolor muy localizado que el paciente puede señalar con el dedo o, por el contrario, puede dar la cara como un dolor muy difuso que cubre una amplia zona del tórax. "Puede manifestarse aislado o irradiarse desde el pecho a otra zona, como el brazo izquierdo o el cuello", puntualiza María.
Además, Nerea Pulgar Prieto detalla que "puede ser referido por el paciente como un dolor opresivo, punzante, urente, pulsátil, sordo, lancinante o de tipo cólico. Puede ser de poca o gran intensidad, continuo o intermitente, y verse o no desencadenado por alguna causa concreta como, por ejemplo, esfuerzo, ingesta o estrés".
Los signos de alerta del dolor en el pecho
María Justicia López explica que el principal signo de alerta que indica la urgencia de asistir al especialista, se da cuando el paciente sugiere un dolor o presión en el pecho con origen isquémico, es decir, infarto de miocardio o angina de pecho, que puede presentarse de forma típica o atípica.
En este contexto, Nerea Pulgar Prieto describe el dolor torácico típico como "altamente sugestivo de causa isquémica" y defiende que "resulta esencial descartarla". Para que se dé este tipo de dolor, se deben cumplir tres criterios:
- Presentación como dolor torácico retroesternal de tipo opresivo con o sin irradiación a brazo o cuello.
- Verse provocado o agravado por el esfuerzo físico.
- Mejorar en reposo o tras administrar nitratos
La experta en medicina familiar y comunitaria describe el dolor torácico atípico como aquel que cumple dos de los tres criterios previos. Puede tener origen isquémico y hace recomendable descartar el mismo.
De la misma manera, Pulgar Prieto remarca que el dolor torácico no cardiaco cumple solo uno o ninguno de los criterios anteriores. Por lo tanto, es poco sugestivo de causa isquémica.
Con todo, vincula el dolor torácico de origen cardiaco con el infarto de miocardio. "La causa del mismo es la oclusión de alguna o varias de las arterias coronocarias, que son las arterias que irrigan el corazón (regulan el suministro de sangre al músculo cardiaco)", detalla y añade: "Si estas arterias se ven ocluidas, el corazón deja de recibir sangre y, por tanto, empieza a morir".
Según la especialista, en la gran mayoría de casos, estas arterias van a verse obstruidas por placas de colesterol. En un número mucho menor de casos, la obstrucción puede ser secundaria a un émbolo (cuerpo orgánico que puede impedir la circulación de la sangre), a la disección (ruptura de la pared) de las arterias coronarias, o espasmo de las mismas.
A pesar de que no existe una forma infalible para identificar la presión en el pecho de origen cardiaco, ambas especialistas indican que se deben realizar numerosos estudios para investigar cuál es el origen del dolor en el pecho y, finalmente, establecer si este puede deberse a un posible infarto de miocardio o angina en el pecho.
Concretamente, María Justicia López reincide en la importancia de elaborar un historial médico completo, examinar los factores de riesgo que presenta el paciente (hipertensión, diabetes...) y de realizar un cardiograma con el objetivo de identificar alteraciones, en caso de que estas existan.
Para determinar el origen de la presión en el pecho, también se puede recurrir a una analítica de enzimas (proteínas), y, ante la duda, entran en juego la prueba de esfuerzo (algunas enfermedades del corazón son más fáciles de detectar cuando este trabaja fuertemente) o un cateterismo cardiaco.
¿Es posible evitar la presión en el pecho?
Nerea Pulgar Prieto concluye en que es posible reducir la posibilidad de presentar un evento isquémico (infarto de miocardio y angina de pecho) adquiriendo un estilo de vida saludable que reduzca el riesgo de desarrollar aterosclerosis:
- Reducir los niveles de colesterol en sangre, manteniendo una dieta baja en colesterol.
- Practicar actividad física de forma habitual.
- Evitar el tabaquismo.
- Mantener un buen control de la tensión arterial.
- En el caso de los pacientes con diabetes, mantener un buen control de la misma.