Los bibliotecarios de varios estados de EEUU han tenido que lanzar una advertencia a los ciudadanos, entre los cuales se había popularizado la idea de meter los libros en los microondas con el objetivo de desinfectarlos y borrar cualquier rastro de coronavirus.
A punto han estado de provocar un grave accidente doméstico por las piezas metálicas de la encuadernación de los libros, además de abrasar literalmente algunos ejemplares.
En España la Asociación Andaluza de Bibliotecarios fue la primera en crear un protocolo de uso de libros para el COVID-19. Su presidente, Tomás Bustamante, considera la noticia "un poco aberrante" porque no se dan cuenta de que no es en beneficio de su seguridad, sino que al final propiciaban la desaparición de la integridad del documento: "Al meterlo en el microondas se destroza. Ni consiguen el objetivo de desinfectar y al final se cargan el documento".
En Florida, las bibliotecas han tenido que colgar carteles y publicar mensajes en redes sociales desaconsejando el uso del microondas para supuestamente desinfectar los libros.
Sin embargo, en España no consta ningún caso parecido. Aquí se aplica un protocolo diseñado por la asociación que presidente Tomás Bustamante -creada a finales de abril- y que consiste en pasar un período de cuarentena que no obliga al usuario a hacer nada raro con los libros.
Al coger un libro, la biblioteca se asegura de que este ha pasado previamente un periodo de 14 días sin que nadie lo haya tocado en la biblioteca. La Asociación Andaluza de Bibliotecarios fueron los primeros en crear este protocolo y ahí se extendió por el resto de España.
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