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El padre Ángel toma medidas tras los problemas en la iglesia de San Antón: cambia el horario de reparto del bocadillo

Después de la conversación que mantuvo con los vecinos del barrio de Chueca en el programa Más de Uno Madrid han decidido tomar esta decisión para evitar altercados.

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Carlos Martín

Madrid |

El padre Ángel toma medidas tras los problemas sucedidos en la iglesia de San Antón: cambia el horario de reparto del bocadillo | Europa Press

El padre Ángel y su ONG Mensajeros de la Paz han tomado una drástica decisión después de los problemas que está ocasionando en el barrio de Chueca, la entrega diaria de bocadillos que realizan al mediodía en la iglesia de San Antón desde hace diez años. Este momento estaba siendo aprovechado por personas incívicas para provocar peleas o trapichear. Por tanto, han decidido cambiar el horario de entrega de dicho alimento, ahora lo entregarán con el desayuno, con el fin de evitar visitas indeseables.

Esta decisión se ha tomado después de que el pasado miércoles Esteban Nieto, presidente de la Asociación de Vecinos de Chueca-Salesas, y el propio padre Ángel mantuviesen una conversación en el programa Más de Uno Madrid en el que expresaron sus posturas.

La visión de los vecinos

Nieto le comunicó a Ángel que el ambiente que se vivía en el barrio era "insoportable" y debido a los constantes altercados con los individuos que van a recoger los bocadillos, muchas personas habían "vendido sus viviendas" o lo habían pensado, entre otras cuestiones, porque muchos vecinos habían sido amenazados y habían tenido que interponer denuncias.

Esto se debe, desde el punto de vista de Nieto, a que las personas que acuden a por el bocadillo necesitan otro tipo de ayuda que no se resumen a alimentos, en referencia a tratamiento psicológico o psiquiátrico. Nieto no se contuvo y llegó a calificar el proyecto como "fallido" e instó al padre Ángel a buscar un "espacio y medios adecuados" para llevar a cabo su proyecto.

Los argumentos del padre Ángel

El padre Ángel trató de quitarle algo de hierro al asunto y señaló que no creía que el problema fuese "para tanto". Aunque enfatizó el aumento de personas que acudían a su parroquia, algo que achacó al aumento de la pobreza, porque comentó que "antes venían 100 y ahora 300 personas".

Del mismo modo, reivindicó que trabajan con profesionales como trabajadores sociales y que cuentan con una red de siete hogares donde las "personas viven y duermen". Igualmente, negó que existiese un efecto llamado y recalcó que dentro de la iglesia no ocurría "absolutamente nada anormal". Si no que era fuera donde se producían los altercados, y de ahí que en muchas ocasiones tuvieran que llamar a la Policía o ser ellos mismos quienes echasen a la gente.

Con esta medida, ambas partes esperan que ni el Ayuntamiento de Madrid ni el Arzobispado tengan que intervenir en la contienda, puesto que ambos estamentos están encargados de la administración del templo.