Ola de calor: síntomas y consejos básicos para no sufrir una deshidratación
Ingerir una cantidad adecuada de líquido al día es muy importante para prevenir sustos en plena ola de calor. Si crees que no has bebido el agua suficiente, apunta estos síntomas que te harán saber si estás sufriendo de deshidratación.
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Las olas de calor de junio y agosto se han cobrado más de dos mil víctimas, muchas de ellas grupos poblacionales de riesgo, como ancianos. La principal causa de estos fallecimientos han sido los golpes de calor, episodios que se producen cuando el cuerpo es incapaz de controlar su temperatura porque los mecanismos de termorregulación no pueden hacerla descender.
La Clínica Mayo explica en su página web que un golpe de calor puede poner en riesgo la vida si se producen daños cerebrales y en otros órganos vitales. Además, también asegura que se puede dar sin necesidad de que se haya producido otro tipo de afección relacionada con el calor, como el agotamiento por calor.
Síntomas del golpe de calor
- Fiebre superior a 104 grados Fahrenheit (40 grados Celsius).
- Cambios en el estado mental o comportamiento, como confusión, agitación y balbuceo.
- Piel caliente y seca o sudoración excesiva.
- Náuseas y vómitos.
- Piel enrojecida.
- Pulso acelerado.
- Respiración rápida.
- Dolor de cabeza.
- Desmayos.
- Convulsiones.
- Coma.
Cómo actuar ante un golpe de calor
Antes de nada, si se sospecha un golpe de calor, se debe llamar al 112 para evitar sus graves consecuencias. Mientras se espera, se debe apartar al afectado del calor llevándole a una zona de sombra o a un cuarto sin luz.
Para bajar la temperatura se debe aplicar frío: en una bañera, una ducha con agua fría, con toallas húmedas sobre la cabeza, el cuello, las axilas y la ingle o abanicando mientras se le rocía con agua. Si la persona se encuentra consciente, la Clínica Mayo recoge que debe ofrecérsele agua fresca o una bebida deportiva evitando bebidas con alcohol o cafeína.
En caso de que la persona pierda el conocimiento o no muestre signos de circulación (respiración, tos, movimiento), la clínica recomienda comenzar la reanimación pulmonar.
Para prevenirlo, hay que tomar una serie de medidas como: uso de vestimenta holgada, crema solar, beber líquido, tomar precaución con determinados medicamentos o evitar actividades extenuantes.
¿Qué es la deshidratación y cuáles son las causas?
Una de las claves para evitar sufrir un golpe de calor está en consumir una cantidad adecuada de líquido al día para mantenernos hidratados. La deshidratación sucede cuando se pierde más líquido del que se ingiere y el cuerpo no tiene suficiente reserva de agua u otros líquidos para llevar a cabo las funciones normales.
La Clínica Mayo asegura que las causas más comunes son no beber la suficiente agua por enfermedad o falta de tiempo o por falta de acceso a agua potable en algún momento. Otras causas son: diarreas o vómitos, fiebre (cuanto más alta es, más grado de deshidratación), transpiración excesiva o mayor necesidad de orinar.
¿Cuáles son los síntomas de la deshidratación?
Los síntomas difieren en niños y adultos. En niños:
- Boca y lengua secas.
- Llanto sin lágrimas.
- No mojar los pañales durante tres horas.
- Ojos y mejillas hundidos.
- Zona blanda en la parte superior de la cabeza (fontanela) hundida.
- Irritabilidad.
En adultos:
- Sed excesiva.
- Micción menos frecuente.
- Orina de color oscuro.
- Fatiga.
- Mareos.
- Confusión.
¿Qué consecuencias tiene la deshidratación?
- Lesión por calor: cuando se hace ejercicio y no se mantiene el cuerpo hidratado. Se pueden producir calambres musculares, agotamiento por calor o un golpe de calor.
- Problemas renales y urinarios: infecciones urinarias, cálculos renales o insuficiencia.
- Convulsiones: los electrolitos -sodio y potasio- ayudan a trasladar las señales eléctricas entre células. Si no están igualados, la señal puede mezclarse y producirse contracciones musculares.
- Choque ipovolémico: es decir, un choque por un volumen sanguíneo bajo, una de las complicaciones más graves y con mayor riesgo para la vida. ¿Cuándo se produce? Cuando un volumen bajo de sangre provoca una reducción en la presión arterial y el oxígeno en el cuerpo.
¿Cómo prevenir una deshidratación?
En general, bastaría con ingerir una cantidad adecuada de líquido al día, ya sea a través del agua o bebidas hidratantes, o a través del consumo de frutas y verduras. Además, hay que evitar bebidas como la cafeína y el alcohol, ya que contribuyen a que se produzca esa deshidratación.