CASO MANUELA CHAVERO

Novedades en el caso de Manuela Chavero: el juez instructor cree que no fue asesinato

El magistrado del caso de Manuela Chavero cree que no hay suficientes indicios que prueben que el acusado por la muerte de la mujer de 42 años, Eugenio Delgado, la asesinara con alevosía y apuesta por un fallecimiento accidental.

ondacero.es

Madrid | 09.06.2021 14:59

Manuela Chavero | antena3.com

La madrugada del 5 de julio de 2016 Manuela Chavero desapareció sin dejar rastro, más allá de las luces y televisión encendidas y su teléfono móvil en el salón, en Monesterio (Badajoz). Entre una nube de misterio sobre el paradero de la mujer de 42 años y tras 1.534 días de búsqueda, su cuerpo apareció el pasado mes de septiembre en una finca de su vecino, Eugenio Delgado, único acusado por la muerte de Manuela.

No hay indicios que prueben el asesinato de Manuela Chavero

Sin embargo, el juez de instrucción del caso Manuela Chavero considera ahora que no hay indicios suficientes para juzgar a Delgado por asesinato y sí por homicidio por omisión. De hecho, ha insistido en que son escasas las pruebas recopiladas por la Guardia Civil, pues no aportan testigos presenciales ni grabaciones audiovisuales.

La autopsia del cuerpo de la fallecida tampoco esclarece los hechos, pues no pudo arrojar "indicios claros y racionales sobre la causa y acción de su muerte", según señalaba el informe elaborado por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses en diciembre del pasado año. Chavero presentaba fracturas en tres costillas, la nariz y faltaban dos dientes incisivos, pero no se pudo determinar la causa exacta de su muerte –todo apunta a que pudo ser un golpe o diferentes contusiones, aunque no se ha podido especificar el traumatismo que acabó con su vida–.

Además, el magistrado cree que, aunque el acusado sí pudo golpear a la víctima causándole las fracturas óseas y dentales que estipula la autopsia, Manuela puedo caer al suelo sangrando y ahogarse sin que Eugenio Delgado interviniese para salvar su vida. Por esto mismo, estima que el acusado debería ser juzgado por homicidio por omisión.

La defensa de Eugenio Delgado sostiene que fue una "muerte accidental"

La muerte accidental es un relato que ha sostenido desde el inicio la defensa de Enrique Delgado, que asegura que Manuela Chavero se golpeó la cabeza al resbalarse y que, al estimar que esta ya había fallecido, decidió enterrar el cuerpo por miedo.

Por su parte, la UCO cree que el crimen tiene un motivo sexual, pues sospechan que el acusado planeaba agredir sexualmente a la víctima cuando la convenció para salir de su casa y que, cuando esta se resistió, acabó matándola.

La familia de la víctima cree que el acusado actuó con "alevosía" tras intentar agredirla sexualmente

Por su parte, la familia de la fallecida y la Fiscalía defienden que Eugenio Delgado la mató "con nocturnidad y alevosía", tras intentar agredirla sexualmente. Además, recuerdan que ocultó las pruebas y enterró el cuerpo en la finca La Dehesa durante más de cuatro años, y sólo confesó los hechos cuando fue detenido por la Guardia Civil.

La desaparición de Manuela Chavero: ¿muerte accidental o asesinato?

Manuela Chavero, de 42 años, desapareció en julio de 2016 en Monesterio, un pequeño pueblo de Badajoz, dejando incluso la televisión encendida y su móvil sobre la mesa del salón de su casa. La mujer estaba divorciada, tras haberse casado muy joven, y tenía dos hijos, que en la noche de su inquietante desaparición se habían quedado con su padre, por lo que Manuela se encontraba sola en el momento de su desaparición.

Una de las primeras líneas de investigación que barajó la Guardia Civil apuntaba a un chico joven del pueblo, con el que Manuela Chavero había estado mandándose mensajes de WhatsApp, y al que le había propuesto que fuera esa noche a su casa. Con el joven de 21 años, la fallecida tenía entonces una relación más o menos intermitente, aunque también contó que ella había conocido a otro hombre que le llenaba y que había decidido iniciar una vida con él.

Aunque un vecino del pueblo aseguró que había visto al joven rondando por la zona de la casa de Manuela Chavero aquella noche, la Guardia Civil finalmente determinó que el chico no había tenido nada que ver con la desaparición de la mujer. Ese vecino que habló con los agentes era Eugenio Delgado, acusado ahora por la muerte de Manuela Chavero, que tenía una casa en la misma calle Cerezo donde vivía ella.

La investigación de Emilio Delgado

El joven Delgado, que por entonces tenía 24 años, no había tenido una infancia fácil, pues, tras la separación de sus padres, se quedó a vivir con su padre, que inició una relación con otra mujer. Sin embargo, una mañana la pareja de su padre apareció muerta en la bañera, aunque la autopsia del Instituto de Medicina Legal de Badajoz dictaminó que se había tratado de una muerte natural causada por un ictus.

Emilio Delgado era un joven solitario, con problemas para relacionarse con las mujeres y que mantenía relaciones ocasionales con prostitutas, a las que pedía determinadas prácticas violentas. Aunque el acusado contó en su declaración que el día de la desaparición de Manuela Chavero había estado en Huelva, los investigadores descubrieron un pico en el consumo de luz de la casa que tenía al lado de la de Manoli la misma noche del secuestro: alguien había estado allí esa noche.

A partir de ese momento, el juez autorizó la intervención del teléfono de Eugenio Delgado para buscar pistas sobre el paradero de Manuela Chavero. La inquietud y el nerviosismo que expresó el acusado mientras hablaba con su madre dio certezas a los agentes de que se trataba de la persona que había asesinado a la víctima y lo detuvieron.

Tras su detención, Eugenio Delgado confesó y aseguró que se había tratado de una muerte accidental: Manuela acudió a su casa aquella madrugada a llevarse una cuna que le había prestado y cuando la trasladaban de regreso a su casa ella tropezó y al caer, se golpeó la cabeza y murió. Al ver lo que había ocurrido, dijo que se asustó y la enterró en una zorrera.