Infancia vulnerable

Los niños españoles más vulnerables hacen menos deporte y consumen más patallas

Un estudio de la Gasol Foundation revela que un 30% de los menores en España declara sentirse preocupados, tristes o infelices.

ondacero.es

Madrid |

Los niños españoles más vulnerables hacen menos deporte y consumen más patallas | Pexels

Los niños que provienen de familias vulnerables están abocados a tener una peor salud: siguen menos la dieta mediterránea que los más favorecidos, dedican hasta 23 minutos menos al día al ejercicio, pero 68 más a las pantallas y duermen peor, pues menos de la mitad alcanza las horas recomendadas de sueño.

El nuevo informe "Nivel socioeconómico y estilos de vida de la población infantil y adolescente en España" de la Gasol Foundation presentado este miércoles analiza los efectos de las desigualdades sociales en los hábitos de salud de los menores de 8 a 16 años.

Lo hacen 3 variables: el nivel de estudios de los padres o tutores legales; su estatus laboral y la renta media por persona/año de la sección censal en la que reside la población infantil y adolescente, así como la suma de las anteriores.

Se han analizado las respuestas de 3.201 menores de toda España y tras analizar estas, se ha llegado a la conclusión que aquellos que crecen en entornos socioeconómicamente más desfavorecidos tienen mayores dificultades a la hora de seguir un estilo de vida saludable: comen peor, hacen menos ejercicio, dedican más tiempo a las pantallas, duermen menos y perciben peor su salud.

Sin embargo, apenas hay diferencias en el malestar psicológico entre uno y otro grupo, que solo es un 2,4% superior en la infancia más vulnerable, como ha explicado Santi F. Gómez, director global de Investigación y Programas de la Gasol Foundation e Investigador Principal del estudio Pasos.

El informe advierte de que, en general, un 30% de los niños y adolescentes españoles, independientemente de su nivel socioeconómico, declara sentirse preocupado, triste o infeliz.

Seis días menos de ejercicio al año

En el caso de la actividad física, los hijos cuyos padres carecen de estudios universitarios dedican al ejercicio 11,5 minutos menos al día, casi 70 horas menos al año.

La desigualdad se incrementa al combinar las 3 variables de nivel socioeconómico -estudios, estatus laboral y renta media por persona/año de la sección censal de residencia-: los hijos de padres con estudios universitarios, que trabajan y que viven en áreas con rentas medias superiores a la mediana tienen la oportunidad de dedicar 23 minutos más al día a la práctica de actividad física moderada o vigorosa.

Es decir, aquellos que crecen en ambientes más desfavorecidos hacen 160 minutos menos de ejercicio, lo que suponen 11 horas al mes y casi 6 días completos al año.

16 días más al año con las pantallas

Por otra parte, estos niños pasan 70 minutos más al día con las pantallas entre semana, lo que supone 16 días al año y 4,2 meses durante toda la etapa de entre 8 y 16 años.

Durante el fin de semana, este consumo aumenta 55 minutos más, lo que se traduce en aproximadamente 9 horas y media más al mes, y más de 4 días completos al año.

Se atiende a diferentes variables, la mayor brecha se da según el nivel de estudios de los padres, que arroja una brecha de 50 minutos diarios, seguida del trabajo (30) y renta (25).

Es durante el fin de semana cuando se reduce sensiblemente a 40, 20 y 25, respectivamente.

Menos adherencia a la dieta mediterránea

El estudio desvela que el porcentaje de menores con un nivel bajo de adherencia a la dieta mediterránea es un 11, 5% mayor en el grupo de vulnerables. Por el contrario, entre los que la siguen de manera óptima, la cifra de niños de entornos favorecidos es un 12,8% superior. Con todo, avisa de que, en general, la población infantil que llega a este nivel óptimo de dieta es menos de la mitad.

Entre semana, el 63% de los menores con buena condición socioeconómica sigue las recomendaciones de sueño, un 15% más que los más vulnerables; en el fin de semana, la diferencia es menor (9,2%), si bien el informe destaca que los sábados y domingos, menos del 60% de los niños y adolescentes duerme lo recomendado.

Por último, el estado de salud percibido es 6,4 puntos mayor -en una escala del 0 al 100-, entre los menores en familias favorecidas. En global, la población infantil y adolescente autopercibe su salud en 79,4 puntos, siendo un valor menor al deseado en población infantil y adolescente de 8 a 16 años.

Ante esta situación, los expertos de la Gasol Foundation lo dejan claro: "Es una necesidad social urgente impulsar políticas públicas, estrategias, programas, proyectos y acciones de fomento de la salud infantil que, de forma estructural y determinada, consigan promover el estado de salud que se encuentra muy deteriorado, especialmente entre la población vulnerabilizada"