Lavarse las manos con agua y jabón ayuda a prevenir más de 200 enfermedades
Este hábito de higiene se considera un sistema de prevención para luchar contra más de 200 enfermedades, desde infecciones respiratorias como la gripe común y la gripe A, la neumonía, la tosferina y la bronquiolitis, hasta enfermedades como el cólera, la diarrea y la hepatitis A y E, la gastroenteritis, la gastritis o el neumococo.
Un gesto tan sencillo como lavarse las manos con agua y jabón ayuda a prevenir más de 200 enfermedades, desde la gripe o la tosferina hasta la gastroenteritis o el neumococo y es una herramienta para disminuir la creciente resistencia de los antibióticos.
Así lo han recordado hoy distintas organizaciones con motivo del Día Mundial del Lavado de Manos que se celebra desde 2008 bajo el auspicio de la ONU y que este año lleva por lema "Haz del lavado de manos un hábito".
Con este eslogan se busca hacer hincapié en que el lavado de las manos debe ser frecuente tanto en el ámbito doméstico como en el laboral y especialmente en entornos infantiles, como guarderías y colegios.
La asociación "Lavado de Manos" ha destacado en un comunicado que este hábito de higiene se considera un sistema de prevención para luchar contra más de 200 enfermedades, desde infecciones respiratorias como la gripe común y la gripe A, la neumonía, la tosferina y la bronquiolitis, hasta enfermedades como el cólera, la diarrea y la hepatitis A y E, la gastroenteritis, la gastritis o el neumococo.
Además ha destacado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que esta práctica ayuda también a prevenir enfermedades que requieren antibióticos.
Para un correcto lavado de manos hay que tomarse el tiempo adecuado, entre 40 y 60 segundos, sin minimizar u olvidar ninguna de sus cinco fases: mojado, enjabonado, frotado, aclarado y secado.
Esto implica siempre la utilización de agua a cualquier temperatura y de jabón o de solución jabonosa (gel) y el frotado a conciencia de ambos lados de las manos (exterior y palmas), de dedos, espacio entre los dedos y debajo de las uñas durante al menos 20 segundos, y tras ello el aclarado completo que arrastre toda la suciedad.
El secado en el ámbito doméstico puede realizarse con toalla de tela cambiándola con frecuencia en función del uso y de las personas que la utilicen. Cuando hay enfermos, las toallas deberían ser individuales, así como en el caso de niños muy pequeños o ancianos.
En el ámbito público, el secado de manos debe hacerse por ventilación o toalla de papel.
El gel hidroalcóholico u otros sistemas, como las toallitas con solución jabonosa, son una alternativa cuando no hay acceso a jabón, agua o lavabos.
Hay que lavarse las manos siempre que se vayan a manipular alimentos, después de tocar tierra o animales, de utilizar el inodoro o al cambiar pañales, antes de tocar a bebés o si se está en contacto con ancianos o enfermos, tras estornudar o toser si se lleva uno la mano a la boca, nariz o cara, etc.
También es aconsejable hacer un buen lavado de manos al llegar a casa y tras viajar en transporte público o después de estar en espacios cerrados y con mucha gente.
La oenegé AWA ha recordado que la falta de agua, saneamiento e higiene provoca enfermedades que son responsables de la muerte de 1.000 niños menores de 5 años al día, así como de un alto porcentaje de absentismo escolar y desnutrición infantil.