REPERCUSIONES DE LAS OLAS DE CALOR

La infancia que vive en familias con dificultades económicas es la más afectada por el calor

El 34% de las familias no pueden enfriar sus casas en los meses de verano. En nuestro país son más de dos millones y medio de niños los que viven en estos hogares.

Jorge Infer

Madrid |

olas de calor | Sinc

El 2023 fue uno de los años más calurosos desde que hay registros y este 2024 puede volver a llegar a ser incluso más, tal y como marca el pronóstico de Copernicus; el servicio meteorológico de la Unión Europea. En este sentido, España es uno de los países europeos que más está sufriendo las consecuencias del cambio climático.

El 86% de los niños en España sufren al menos un fenómeno climático extremo al año como sequías, olas de calor y lluvias torrenciales. Save The Children avisa de que el calor afecta especialmente al descanso, calidad del ocio, salud y rendimiento escolar de la infancia. A los hogares les cuesta más adaptarse al calor que al frío según el Instituto Nacional de Estadística. Es complicado encontrar una casa en nuestro país que no tenga instalado algún sistema de calefacción, aunque sea eléctrica. Sin embargo, la climatización de las viviendas no está tan extendida en territorios menos acostumbrados al calor y en barrios desfavorecidos, lo que conllevaría un gasto de instalación que muchas familias no pueden asumir.

Aragón, La Rioja, Andalucía, Murcia, Islas Canarias y Navarra son las comunidades que más problemas pasan para climatizar sus casas. En las comunidades del noreste del país, que históricamente no han sido tan expuestas al calor extremo, alrededor de un 40% de las viviendas tienen dificultades para el acondicionamiento. Por ejemplo, el año pasado, Pamplona registró la temperatura más alta de su historia, superando los 40 grados en agosto, al igual que Teruel, que en 2021 alcanzó los 41 grados.

Desde la organización se hace un llamamiento para activar políticas públicas de mitigamiento y adaptación de los espacios en los que viven y se desarrollan los niños y niñas. Denuncian que los bonos sociales energéticos presentan todavía elevadas tasas de no acceso entre colectivos especialmente vulnerables. Para combatir esta problemática, la propuesta que lanzan es la de seguir avanzando en la concesión automática de este tipo de ayudas e implementar los fondos Next Generation de la Unión Europea con planes de adecuación climática de viviendas y edificio.