Un grupo de activistas contra el cambio climático ha protagonizado una nueva protesta a las puertas del Congreso de los Diputados. Al igual que ha sucedido en otras ocasiones, los manifestantes han arrojado pintura, en este caso roja, contra una de las columnas de la fachada, así como contra uno de los leones.
La Policía ha intervenido de inmediato inmovilizando a los activistas y estableciendo un perímetro de seguridad en la zona. Se ha cortado el tráfico también en la Carrera de San Jerónimo. Finalmente, los agentes -también manchados con pintura roja- se han llevado detenidos a los manifestantes, que mientras esperaban, han protagonizado una sentada en las escaleras del Congreso mientras gritaban "Justicia climática".
El pasado mes de noviembre, el Museo del Prado era noticia por un ataque de estas características. En este caso, dos activistas ecologistas de Futuro Vegetal decidieron "pegarse" a los cuadros de Las Majas de Goya y pintar entre ambos cuadros el mensaje '+1,5º'. La sala tuvo que permanecer cerrada varias horas mientras se arreglaba el estropicio.
Pero no es el único acto vandálico de estas características: semanas antes del ataque en el Prado, dos ecologistas lanzaron sopa de tomate a 'Los Girasoles' de Van Gogh, expuesto en la National Gallery de Londres para protestar contra la explotación de yacimientos de combustibles fósiles en Reino Unido.
Las activistas se plantaron frente a la obra y arrojaron sobre ella la sopa, para acto seguido pegar sus manos a la pared. "¿Qué vale más? ¿El arte o la vida?", ha planteado. "¿Estáis más preocupados por la protección de una pintura que por la del planeta?", añadió, en un vídeo difundido por el grupo Just Stop Oil.
Por su parte, otros dos activistas del grupo alemán de protesta por la protección del clima Última Generación atacaron un cuadro del pintor impresionista francés Claude Monet lanzando puré de patata contra la obra en el Museo Barberini de Potsdam, al sur de Berlín.
La obra, perteneciente a la serie Les Meules (Los Pajares) de Monet (1889-1891), fue rociada con una masa viscosa, según explicó la portavoz del museo, Carolin Stranz. El grupo responsable ha asegurado que se trata de puré de patata.