Golpe de calor: estos son los principales síntomas y la mejor forma para combatirlo
Con la llegada del verano y las altas temperaturas, el riesgo de sufrir un golpe de calor aumenta. Es importante conocer sus síntomas para actuar con rapidez, evitando consecuencias que pueden llegar a ser muy graves, incluso mortales.
¿Qué es un golpe de calor?
El golpe de calor es el incremento de la temperatura corporal por encima de los 40º y durante un tiempo prolongado. Lo que ocurre cuando sucede un golpe de calor es que los mecanismos termorreguladores del cuerpo no funcionan correctamente y este es incapaz de restablecer su temperatura normal.
En España, es frecuente que estos episodios ocurran en los meses de julio y agosto, cuando se superan los 40ºC de temperatura. Los golpes de calor son más frecuentes al comienzo de una ola de calor, dándose en las primeras 24 o 48 horas.
Síntomas del golpe de calor
Cuando por circunstancias diversas, generalmente las altas temperaturas externas, nuestra propia temperatura corporal se eleva sin que el sistema de termorregulación pueda hacer nada por evitarlo, puede llegar a producirse un peligroso golpe de calor. Estos son los principales síntomas:
- Sensación de calor y sofoco en todo el cuerpo.
- Mareos, fatiga, dolor de cabeza e incluso pérdida de consciencia en los casos más graves.
- Alteración en la sudoración. Puede darse una sudoración excesiva o, al contrario, producirse una anómala falta de sudoración (anhidrosis).
- Sequedad y enrojecimiento de la piel.
- Desorientación y confusión mental.
- Aumento del ritmo cardiaco y de la respiración (hiperventilación).
- Náuseas e incluso vómitos.
- Calambres musculares e incluso convulsiones.
- Desmayos, pudiendo llegar al coma en casos muy graves.
Cómo podemos prevenirlo
Entre las recomendaciones que recuerda la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) destacan:
- Beber agua con frecuencia, aunque no se sienta sed, es esencial para mantener el organismo correctamente hidratado.
- Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día y no realizar esfuerzos físicos en esas horas de más calor.
- Utilizar siempre protector solar. Ten cuidado al escoger cuál usas y, sobre todo, no uses uno con la fecha vencida.
- En los días de más calor se recomienda tomar comidas ligeras que ayuden a reponer sales minerales: ensaladas, frutas, sopas frías, zumos naturales...
- Utilizar ropa holgada y en tonos claros que permita una buena transpiración.
- No dejar nunca a una persona o animal en un vehículo estacionado, menos todavía con las ventanillas cerradas y aparcado al sol.
- Ante cualquier síntoma solicitar inmediatamente atención médica.