Madrid |
La elección de un nuevo Papa es un procedimiento riguroso. Se hace a raíz de unas votaciones a puerta cerrada a las que solo pueden asistir determinadas figuras.
Para anunciar el resultado del cónclave en la Capilla Sixtina del Vaticano se emplean señales de humo. Es la forma de comunicar al mundo que se ha elegido a un nuevo Papa o, por el contrario, que no se ha llegado a ningún acuerdo.
La fumata negra (humo de color negro) indica que no se ha alcanzado ningún acuerdo durante la votación. Es decir, no se ha logrado la mayoría necesaria de dos tercios.
El humo negro se produce al quemar las papeletas de la votación junto con otras sustancias químicas, como por ejemplo el azufre, para asegurar que el humo sea completamente de este color y no obtenga otras tonalidades que puedan generar cualquier tipo de confusión.
¡Habemus Papam! La fumata blanca se emplea para anunciar al mundo que se ha elegido a un nuevo Papa. Como en el caso de la fumata negra, se produce quemando las papeletas junto con una mezcla de sustancias como potasio, lactosa y resina de pino.
De esta manera se aseguran de que el color sea completamente blanco y el resultado de la votación sea más que evidente.
El uso del humo para comunicar el resultado de la votación se remonta al siglo XIII. Simboliza transparencia y solemnidad, dos características del proceso de elección papal.
Es una tradición que se ha ido perfeccionando con el paso del tiempo, pues el procedimiento antaño alguna vez dio lugar a confusión por el color de la fumata, como en el cónclave de 1958, año en el que fue gris.