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Este es el pueblo más bonito de España para visitar en julio según National Geographic

Este lugar costero ofrece la combinación ideal de playa, naturaleza, gastronomía, paisajes, mercados y museos.

ondacero.es

Madrid |

Altea | Onda Cero / Canva

En la comarca alicantina de la Marina Baja se encuentra uno de los pueblos más bonitos de España. La pequeña localidad costera de Altea se caracteriza por su tranquilidad y por el encanto que emana del pasado, aunque se encuentra en una de las zonas más turísticas de España.

La prestigiosa revista Viajes de National Geographic ha destacado este lugar como el pueblo más bonito de España para visitar en julio. Uno de sus símbolos más reconocidos es la iglesia con su cúpula azul, alrededor de la cual se agrupan casas blancas adornadas con palmeras y buganvillas, junto con las vistas al mar desde las partes más altas del casco antiguo. Esto le confieren un carácter único y es conocida como la "cúpula del Mediterráneo".

Altea ofrece una combinación perfecta de playa, naturaleza, gastronomía, impresionantes paisajes, mercados y museos. Un lugar para disfrutar de múltiples maneras.

La belleza de Altea

El casco antiguo de la localidad está conformado en torno a la iglesia de la Virgen del Consuelo, lo que en el pasado fue el castillo de Altea, y sus dos cúpulas azules de cerámica vidriada son visibles desde cualquier parte del pueblo.

Una de las características más destacadas de la Comunidad Valenciana es la artesanía y en las pintorescas callejuelas de este pueblo encontrarás tiendas y talleres de arte donde admirar bellas creaciones. La calle San Miguel, cerca de la plaza de la iglesia, ofrece una gran variedad de productos artesanales y de cuero, muy típicos en esta región de Alicante.

En la plaza de la Iglesia se puede disfrutar de la ''Mostra d'Artesania'' durante el verano, donde los artesanos exhiben sus trabajos, y durante las "Balconades", se organiza una exposición al aire libre con lienzos colgados desde los balcones del casco histórico, creados por artistas locales.

Una de las visitas imperdibles de esta localidad son los cuatro miradores emblemáticos del casco antiguo, desde donde se puede llegar a divisar Benidorm si el día está despejado. El tranquilo barrio marinero es otro de lo puntos imprescindibles, así como los bellos rincones del Barrio de Bellaguarda y la Plaza de la Alfafería.

Para acceder al recinto amurallado del pueblo, se puede ingresar a través de dos puertas: el Portal Vell, también conocido como puerta valenciana, y el Portal Nou, o puerta del mar. Estas estructuras datan de los siglos XVII y XVII y ofrecen una visión de cómo eran las defensas de este pequeño pueblo contra incursiones de bandoleros que llegaban tanto por mar como por las montañas.

Sus maravillosas playas

Una de las atracciones de este mágico pueblo junto al mar es caminar por el Paseo Marítimo. Visitar su puerto permite degustar la gastronomía mediterránea característica de la Comunidad Valenciana, con ingredientes frescos y de temporada.

Para disfrutar de la playa, no hace falta salir del núcleo urbano, donde se encuentran la Playa de Roda o la Playa del Cap Blanc. Ya en las afueras del pueblo, en la desembocadura del río Algar, se hallan la Playa de Cap Negret, conocida por sus aguas cristalinas y su arena de guijarros.

Excursiones por la naturaleza

Desde Altea surgen nacen diversas rutas que exploran las sierras cercanas y la costa. Los alrededores del pueblo están llenos de espacios naturales de gran valor como la Font del Garroferet en el barranco de Altea la Vella o la Font Gran. Siguiendo el curso del Río Algar dando un paseo se pueden explorar las huertas de Altea en bicicleta o a pie, disfrutando de la flora y la fauna del camino hasta llegar al delta, donde las aguas dulces del río se encuentran con el mar.

Siguiendo una ruta de senderismo desde la Playa de Albir, se puede visitar el faro cercano en Albir, ubicado dentro del Parque Natural de la Serra Gelada, con una distancia de aproximadamente 5 kilómetros de ida y vuelta. Y unos 10 kilómetros del pueblo, se sitúan las Fuentes de Algar, un entorno natural con cascadas y manantiales impresionantes.