Los efectos secundarios que puede provocar la vacuna de la gripe
Las vacunas pueden causar efectos secundarios, aunque en muchos casos sus beneficios superan a las contraindicaciones.
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La gripe es una enfermedad infecciosa causada por un virus que afecta principalmente al tracto respiratorio superior. Es una de las enfermedades más comunes en España, ya que su elevada capacidad de transmisión hace que se extienda con rapidez entre la población. Se estima que entre un 10% y un 20% de los ciudadanos españoles padece la gripe cada año. Los síntomas más habituales son la fiebre alta, los dolores musculares, la tos seca y el malestar general.
El Sistema de Vigilancia centinela de Infección Respiratoria Aguda en Atención Primaria (IRAs) ha reconocido un ligero aumento de la incidencia de la gripe, que entre el 26 de septiembre y el 2 de octubre se situaba entorno a los 68,4 casos por cada 100.000 habitantes. Desde el comienzo de la temporada de gripe 2021-2022 se han notificado un total de 14 brotes, siendo Aragón y Castilla-La Mancha las comunidades más afectadas, con 6 brotes identificados en cada una.
¿Por qué es necesario vacunarse?
Pese a que en muchos casos el cuadro clínico tiende a ser leve, existen grupos de riesgo más susceptibles a presentar síntomas mucho más fuertes. Por ello, las personas que presentan un sistema inmune más debilitado necesitan ser inoculados con una solución antigripal. Dentro de esta categoría entrarían niños pequeños, ancianos, personas inmunodeprimidas, embarazadas y aquellos que sufran una enfermedad crónica de pulmones entre otros.
Patologías como la neumonía, la bronquitis, la sinusitis y las infecciones en el canal auditivo son algunos de los efectos que puede tener la gripe en una persona que sufra complicaciones relacionadas con la enfermedad. Estas pueden verse agravadas en personas que sufran afecciones cardiacas, cáncer o diabetes.
Las vacunas contra la influencia son necesarias para enfrentarse contra los constantes cambios que sufre el virus de la gripe. Cada año la vacuna inoculada es diferente, ya que es desarrollada basándose en la cepa que tiene más probabilidad de causar la enfermedad en la siguiente temporada.
Este año la vacunación contra la gripe es más necesaria que nunca. La relajación de las medidas higiénicas frente a la COVID-19 hace que sea mucho más probable que coincidan ambas infecciones, aumentando las complicaciones en los grupos de riesgo. El riesgo de fallecimiento es el doble en aquellas personas que sufran ambas enfermedades a la vez.
¿Cuáles son los grupos de riesgo?
El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de España ha señalado a través de un documento cuáles son los grupos de población diana dentro de la campaña de vacunación.
- Personas que tengan más de 65 años, especialmente aquellos que convivan en instituciones cerradas.
- Personas que tengan menos de 65 años pero que presenten un alto riesgo de complicaciones derivadas, entre los que se encuentran los menores de edad y los adultos con enfermedades crónicas.
- Mujeres embarazadas en cualquier trimestre de gestación y aquellas que se encuentren en los primeros 6 meses del postparto.
- Personas que puedan transmitir la gripe a una persona de alto riesgo.
- Personas que trabajan en servicios públicos esenciales.
- Personas que trabajan con una exposición laboral directa a aves domésticas o a cerdos en granjas o explotaciones avícolas o porcinas y también a aves silvestres.
¿Qué efectos secundarios puede tener la vacuna?
Cualquier vacuna puede causar efectos secundarios, la antigripal incluida. La Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León señala que las reacciones más frecuentes son las siguientes.
- Fiebre.
- Malestar general.
- Dolores musculares.
También se puede percibir dolor, enrojecimiento y/o inflamación en la zona del pinchazo. Además, el portal web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos enumera una serie de reacciones adversas adicionales.
- Vómitos.
- Dolor de garganta.
- Tos.
En el caso de recibir una vacuna LAIV o nasal, los síntomas corresponderían a un aumento de secreción o congestión nasal, sibilancias y dolor de cabeza. En caso de sufrir una reacción alérgica, podrían percibirse dificultades para respirar, urticaria o debilidad, taquicardias entre otras.
Todos estos síntomas suelen aparecer a las 6-12 horas de haberse vacunado, desapareciendo a las 24-48 horas sin necesidad de un tratamiento. Las vacunas de esta temporada han sido especialmente preparadas a partir de virus inactivados y fraccionados, por lo que no es posible que cause la gripe. En caso de presentar una reacción adversa que persista durante un tiempo, habrá que consultar con un profesional sanitario.