Las desgarradoras declaraciones de la víctima de la manada de Manresa: "Tengo fobia a los hombres y no quiero que me toquen"
La víctima de la manada de Manresa ha declarado que, tras la violación, ha ganado 40 kilos por la "ansiedad" de no poder salir de su habitación.
Este viernes ha comenzado el juicio en la Audiencia de Barcelona por la violación de cuatro individuos a una joven de Manresa (Barcelona) en un piso en julio de 2019, cuando tenía 17 años. La Fiscalía pide 55 años de cárcel por cuatro delitos de agresión sexual -uno como autores y tres como cooperadores necesarios de las violaciones perpetradas por los demás-, uno de los cuales en grado de tentativa.
Ha declarado la víctima afirmando que "tuvo mucho miedo de morir" y ha sufrido, desde entonces, ataques de pánico, así como que no puede ir sola por la calle o retomar sus estudios. Incluso ha llegado a calificar su vida ahora como "una puta basura"
La joven ha detallado todo lo sucedido esa noche: "Les hice entender de todas las formas que pude que no quería. Les dije que pararan, me intenté levantar y chillar pero ponían todo su cuerpo encima mío y no podía moverme apenas". Una de las defensas ha llegado a preguntarle que "si intentó cerrar las piernas" y ella ha incidido en que "llegó a forcejear para quitárselos de encima".
"Estaba en estado de shock pero daba chillidos de dolor y para que parasen. Lo único que quería era marcharme", ha indicado.
"He engordado 40 kilos en año y medio por la ansiedad de estar en mi habitación"
Tras lo sucedido, "no ha podido rehacerse" y ha reconocido que "tiene pensamientos suicidas y de hacerse daño constantemente" e incluso ha tildado su vida de "puta basura".
"He engordado 40 kilos en año y medio por la ansiedad de estar en mi habitación sin poder salir. No tengo contacto con mis amistades por la depresión y el malestar. Tengo muchísimos ataques de pánico, tengo fobia a los hombres y no quiero que me toquen, incluso con mis familiares. Siento que no puedo ir sola por la calle, duermo en estado de alerta. He intentado seguir con las clases, pero no he podido", ha reflexionado.
La condujeron "forzosamente" a una habitación de la casa
Conoció a sus agresores en una plaza de Manresa y, tras charlar durante un rato, la invitaron a subir a su casa para cenar y esperar hasta acudir a una fiesta donde había quedado con su prima. Ella accedió al considerarlos "muy simpáticos, agradables y amistosos" y, en el piso, en el que había unas seis personas, le ofrecieron chupitos de whisky y hachís, bailaron y conversaron.
Hasta entonces no hubo, ha remarcado, "ningún contacto físico, atracción o insinuación sexual", pero en un momento dado le insistieron en que la veían "muy mal" y "necesitaba descansar", por lo que la condujeron "forzosamente" a la habitación."Yo pensé que era por mi bien y porque de verdad necesitaba descansar, aunque no me veía mal del todo", ha dicho antes de precisar que "iba bebida, pero no lo suficiente como para perder el conocimiento": "Yo sabía en todo momento lo que estaba bien y lo que estaba mal".