Según informa la fundación en su página web, Dumba, que "se pasa más de la mitad del año trabajando de circo en circo por toda Europa" y "está obligada a entrenar frecuentemente con su propietaria", habita en "un espacio sin vegetación de 100 m2, rodeado de árboles pero sin acceso a ellos y delimitado por un pastor eléctrico (verja que produce descargas eléctricas)".
No es un caso desconocido: todo empezó a finales de 2009, cuando una persona de Caldes de Montbui informó a la Faada de que "en su pueblo vivía una elefanta en un jardín", ha explicado la técnica de la Faada María Moreno.
Esta fundación inició entonces un proceso para indagar sobre la situación del animal y ver qué podían "hacer para que la elefanta no estuviera en estas condiciones", ha indicado Moreno.
En 2010 se dio la primera notificación a la Generalitat, que decretó una inspección del lugar, y el caso de la elefanta salió a la luz.
En 2014, el Parlament prohibió el uso de animales salvajes en los circos en un debate al que asistieron tanto la Faada, que participó activamente en la prohibición, como la propietaria de la elefanta, que defendió el circo con animales.
A finales de ese año hubo otra inspección, en la que la Generalitat instó a la propietaria de Dumba a cumplir una serie de "requerimientos obligatorios y recomendaciones" centradas especialmente en el lugar donde se encuentra la elefanta, pero "insuficientes" a ojos de Moreno al no tener en cuenta "el bienestar del animal".
Sin embargo, Moreno ha afirmado que a mediados de 2015 "comprobamos que no se habían producido cambios", por lo que retomaron el contacto con la Generalitat y decidieron "reactivar el tema" a principios de este año.
Según Moreno, la Faada ha tomado fotografías y vídeos del estado actual de la elefanta, y "en principio la Generalitat va a solicitar o ha solicitado una nueva inspección a los Mossos d'Esquadra".