Una declaración inesperada desata los rumores sobre el posible divorcio entre Charlene y Alberto de Mónaco
El pasado mes de junio la Fundación de Charlene de Mónaco emitió un comunicado que excusaba la ausencia de la princesa en su décimo aniversario de bodas
La destacada ausencia de Charlene en el día de su décimo aniversario de bodas ha desatado las alarmas. Hace meses que la Princesa no pisa el Principado de Mónaco y la prensa internacional se ha hecho eco de ello. Concretamente, fue el 27 de enero la fecha en la que Charlene participó por última vez en un acto oficial junto al Príncipe y sus dos hijos —los príncipes Jacques y Grabriella— con motivo de la misa de Santa Devota. Desde entonces, todas las apariciones publicas de Charlene se han producido en Sudáfrica. Allí viajó para someterse a una intervención dental que, según un comunicado emitido por la Casa Real monegasca, le habría producido una infección que la mantiene convaleciente.
¿Qué hace Charlene en Sudáfrica?
No obstante, según la revista alemana Bunte, con buenas fuentes próximas a la familia Grimaldi, la razón por la que la pareja no ha festejado su décimo aniversario de boda no reside en el estado de salud de Charlene, sino en la decisión deliberada de la ex-nadadora olímpica de no acudir a la cita. Todos los comunicados emitidos desde la Casa Real, por tanto, constituirían una cortina de humo para ocultar la inminente separación de los príncipes de Mónaco.
Aunque resulta habitual la rumorología relativa a todos los matrimonios de la realeza, el caso formado por Charlene y Alberto de Mónaco trasciende las habladurías, ya sea por la alborotada vida de él —con hasta tres hijos ilegítimos confirmados— o por la actitud distante de ella, de quien incluso se asegura que nunca se quiso casar. Para más inri, la ausencia de Charlene en una fecha tan señalada ha puesto todos los focos sobre Charlene y su posible divorcio.
El futuro de CharleneLa prensa alemana ha asegurado que Charlene ya tiene planes de futuro en Sudáfrica, incluso estaría buscando casa en Johannesburgo. La publicación desvela una serie de extraños movimientos, efectuados por las administradores financieros de la Casa Real, que apuntan a la compra de inmuebles e inversiones en Sudáfrica. Y lo cierto es que no parece que la Princesa tenga intención de regresar a Mónaco. De momento, pasa el tiempo volcada en las carreras de caballos y en un proyecto contra la caza furtiva de rinocerontes que comparte de manera asidua en su perfil de Instagram.
Desmontando rumores
A pesar de que no suele ser frecuente que la Familia Real monegasca salga al paso de informaciones publicadas en la prensa, la propia Charlene ha desmentido la noticia personalmente hasta en dos ocasiones. “La presión de mi oído no se estabiliza, lo que significa que no puedo volar por encima de los 20.000 pies”, aseguraba la princesa.
Para terminar de acallar los rumores de separación, también decidió mandar un mensaje públicamente a su marido: “Alberto es mi roca y mi fuerza y, sin su amor y apoyo, no habría podido superar este momento doloroso. Lo que ha sido extremadamente difícil para mí fue cuando mi equipo médico me indicó que no podía regresar a casa para mi décimo aniversario de boda".
En cualquier caso, lo cierto es que se mantiene el escepticismo frente al relato de una historia de amor que nunca ha llegado a convencer a la prensa internacional.