Uno de los radares que más sanciones pone en las carreteras españolas es el radar en cascada, que sirve generalmente como medida antifrenazo para los conductores que al ver un radar reducen su velocidad y vuelven a acelerar una vez pasado el control.
Este tipo de radares pueden ser fijos o móviles y están situados a continuación de un primer radar fijo en un determinado tramo, a una distancia relativamente cercana a estos.
El conductor no sabe dónde se sitúa, por lo que si vuelve a acelerar tras pasar el radar fijo corre el riesgo de ser multado.
Aunque en la Ley de Tráfico no se prohíbe de manera concreta hacer esto, puede transformarse en una infracción grave.
La razón la encontramos en el Artículo 53 del Reglamento General de Circulación donde hay una apartado titulado 'Reducción de velocidad y distancia entre vehículos'. Si ese frenazo brusco no tiene justificación alguna y, además, elimina el espacio de seguridad que debemos dejar respecto al coche delantero, podrán sancionarnos con una multa y la retirada puntos en el carnet de conducir.
El Reglamento de Circulación, respecto al frenazo brusco, no deja lugar a dudas y señala que "salvo en caso de inminente peligro, todo conductor, para reducir considerablemente la velocidad de su vehículo, deberá cerciorarse de que puede hacerlo sin riesgo para otros conductores".
Y además "estará obligado a advertirlo previamente del modo previsto en el artículo 109, accionando de forma reiterada la luz de freno, sin que pueda realizarlo de forma brusca, para que no produzca riesgo de colisión con los vehículos que circulan detrás del suyo".
La Dirección General de Tráfico recuerda que dar un frenazo sin justificación al ver un radar supone una multa de 200 euros y la retirada de cuatro puntos del carnet de conducir.
Según el reglamento actual, esta acción puede llegar a ser considerada como conducción temeraria si con esa radical reducción de la marcha ponemos en peligro al resto de usuarios de la vía. En este caso, según ha señalado en varias ocasiones la Dirección General de Tráfico, el castigo económico ascendería a 500 euros y la pérdida de puntos subiría hasta seis.