Cómo prevenir y cuidar las manos agrietadas por el frío
El frío y el viento provocan que la piel se seque y se agriete. Conoce aquí cómo cuidar tu piel correctamente.
España está viviendo una bajada brusca e intensa de las temperaturas, en la que se pueden encontrar termómetros por debajo de hasta -30 grados en las provincias afectadas por el denominado, "triángulo del frío". En estos días, los protagonistas son las heladas y fuertes vientos que, además de hacer que nos abriguemos, tiene efectos para la salud.
No solamente aumentan el número de resfriados y casos de gripe. Sino que durante los días gélidos nuestra piel se ve directamente afectada ya que perjudica a la hidratación natural de la piel. A causa de esto, las partes del cuerpo que se exponen directamente al frío y viento, normalmente las manos y la cara, se sean y agrietan. Asimismo, con el frío se generan menos lípidos y, por tanto, la barrera protectora que estos forman se reduce.
Por su parte, con las bajas temperaturas aumenta el uso del agua caliente. Algo que los expertos recuerdan que también es mala para la piel, ya que también provoca estos efectos de sequedad.
Consejos para las manos secas o agrietadas
Hidrátalas correctamente
- Mascarillas: al igual que con el pelo y la cara, también existen mascarillas para las manos que aportan un extra de hidratación a la piel.
- Crema de manos: las cremas de manos ayudan a hidratarlas. Se aconseja llevar un pequeño bote encima para aplicarla frecuentemente.
- Aceites: los aceites de jojoba, de coco o de argán tienen altas propiedades hidratantes que se pueden aplicar después de lavarse las manos.
Agua fría
Como hemos avanzado anteriormente, el agua caliente deshidrata la piel, por lo que se recomienda reemplazarla por agua fría o tibia. Aún así, es bueno echarse crema hidratante o aceites después.
Exfoliarlas
Los exfoliantes favorecen la regeneración de la piel, eliminando las durezas y miel muerta. Es importante hidratarlas después.
Masajear las manos
Por su parte, los masajes activan la circulación de manera que los cambios de temperatura no perjudiquen tanto la piel.
Guantes o manoplas
Evitar que les dé le viento o el frío directamente también ayuda al cuidado de la piel. Por ello, es aconsejable usar manoplas o guantes para hacer que se queden calientes.