Cómo distinguir los síntomas de la gripe de un resfriado
Los síntomas que presentan ambas enfermedades son muy parecidos y pueden llevar a confusión.
Estamos a nada de entrar en los meses más fríos del año en los que se produce un aumento de las enfermedades respiratorias como la gripe o el resfriado. Los síntomas que presentan son muy parecidos y pueden llevar a confusión.
Ambas enfermedades están producidas por virus que suelen transmitirse a través de las tos o los estornudos. En el periodo de incubación del resfriado es de 24-72 horas, en el caso de la gripe es más corto de unas 18-36 horas.
Síntomas de la gripe
El virus de la gripe afecta a las vías respiratorias superiores y es altamente contagiosa. Además su presencia en el organismo facilita otras infecciones y sus complicaciones pueden derivar en enfermedades más graves como la neumonía o la bronquitis. La gripe puede llegar a ser más peligrosa en pacientes de alto riesgo, entre los que se encuentran, los afectados por asma, diabetes, insuficiencia cardiaca, personas mayores y niños. Los síntomas principales son:
- Fiebre de más de 38 grados.
- Dolor de cabeza y de garganta.
- Dolores musculares
- Fatiga.
- Tos seca.
- Ojos llorosos.
- Congestión.
Los síntomas suelen durar entre cinco y seis días, pero una mejora completa podría prolongarse una e incluso dos semanas. Generalmente, la gripe ocurre a finales del otoño y durante el invierno.
Síntomas del resfriado
Los síntomas del resfriado suelen manifestarse en el transcurso de un par de días. Destacan:
- Goteo nasal y estornudos.
- Ojos enrojecidos.
- Dolor de garganta y tos.
- Dolor de cabeza.
- Dolores corporales.
Los resfriados suelen durar entre una y dos semanas. A medida que empeora el resfriado, la nariz puede estar congestionada con mucosidad espesa. El resfriado puede ocurrir en cualquier época del año aunque es más común al final del invierno y al comienzo de la primavera.
¿Cómo se puede prevenir la gripe?
La prevención más adecuada es la vacunación anual. Se aconseja sobre todo a las personas afectadas por patologías respiratorias y cardíacas crónicas, inmunodeprimidos y personas en contacto diario con estos enfermos. La fecha óptima para la vacunación es en octubre o principios de noviembre.