Claves e incógnitas del crimen de Alcàsser 29 años después: un nuevo hallazgo podría dar un vuelco al caso
El 13 de noviembre de 1992, Toñi, Miriam y Desirée fueron secuestradas en Picassent (Valencia) apareciendo sus cadáveres 75 días después. Han pasado 29 años y las incógnitas siguen presentes en un caso que podría dar un nuevo vuelco gracias a una coincidencia de ADN.
El 13 de noviembre de 1992, alrededor de las 20:00 horas, fueron secuestradas en Picassent (Valencia) tres niñas de la vecina localidad de Alcàsser cuyos cuerpos fueron hallados 75 días después, el 27 de enero de 1993, semienterrados y con evidencias de una tortura extrema.
El caso provocó una intensa conmoción y levantó un eco mediático que hoy, 29 años después, sigue vivo para amplificar la parte de la investigación que aún sobrevive en los juzgados, pero también en forma de producciones audiovisuales, documentales o de ficción. Estas son las claves del crimen.
¿Qué pasó?
La verdad judicial, los hechos probados de la sentencia que dictó la Audiencia Provincial de Valencia en septiembre de 1997, dice que "Miguel Ricart, en compañía de otro varón identificado y que no se encuentra a disposición del Tribunal -Antonio Anglés-, y posiblemente de alguna otra persona más" secuestraron a las tres adolescentes, de entre 14 y 15 años, para satisfacer sus deseos sexuales.
Las víctimas fueron sometidas a violaciones y torturas extremas en una casa abandonada en la partida de La Romana (Tous) y al amanecer del día siguiente fueron ejecutadas y enterradas en una fosa que sus asesinos conocían.
¿A quién se condenó?
Únicamente a Miguel Ricart, que tenía entonces 28 años. Fue condenado por tres delitos de asesinato, cuatro delitos continuados de violación, en concurso con tres delitos de rapto, con las circunstancias agravantes de despoblado y ensañamiento.
Sobre él cayó una pena de 170 años de prisión, aunque únicamente cumplió 21 -salió en 2013- al beneficiarse de la derogación de la doctrina Parot. Ahora tiene 52 años.
Incógnitas que aún quedan
El primero y principal es el que admite el propio tribunal que juzgó a Ricart, es decir, la posible implicación de una tercera persona en el secuestro y crimen de las niñas. Las fuentes del caso consultadas por EFE han señalado que las acusaciones que apuntaron durante el juicio a la posible participación de otra persona lo hicieron pensando en alguien del entorno de Anglés, puesto que sus hermanos conocían la zona donde fueron torturadas las menores.
Hay otro factor que apunta a la posible participación de otro asesino, al margen de Ricart y Anglés, y es el relato de testigos que aseguraron haber reconocido a Ricart en un bar de Catadau, donde según la sentencia acudió a comprar bocadillos -algunos testigos dijeron que “tres o cuatro”- en compañía de alguien distinto a Anglés.
Otro de los factores determinantes en este asunto es que no existió prueba biológica alguna que situase a Ricart, ni a Anglés, en los escenarios del crimen.
El pasado mes de octubre la titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira ordenó que se volviese a inspeccionar los coches de Ricart y Anglés con las actuales técnicas forenses. El fin, estudiar la posible existencia de restos biológicos de las menores en su interior. Igualmente, se ha ordenado analizar pelos de cuyo análisis entonces no pudo extraerse ADN alguno, por si fuese posible ahora.
Un nuevo hallazgo podría dar un vuelco al caso
Uno de los grandes misterios ha sido siempre dónde se encontraba Antonio Anglès, fugado desde 1992. Su rastro se perdió en un barco en el que viajaba en Dublín y en 2006, unos pescadores encontraron los restos de un hombre en la isla de Lambay.
Según publica Espejo Público, los investigadores han hecho una reconstrucción digital del cráneo que hallaron y han pedido ayuda para su identificación. Tal y como cuentan los periodistas valencianos, Genar Martí y Jorge Saucedo, autores de un libro que repasa la huida de Anglès, se han descubierto pistas inéditas. Al parecer, la Policía habría pedido que se cotejase el ADN del cráneo con el de Antonio Anglès para poder determinar su coincidencia.