Campaña sexualidad

Los chicos han duplicado el consumo de porno en diez años, las chicas lo han multiplicado por diez

El primer contacto de los menores españoles con la pornografía se produce entre los 8 y los 11 años. Entre el 10 y el 20% de la población ha sufrido abusos sexuales de niño. Dos datos de anomalías que muestran la necesidad de hablar de sexualidad de forma normalizada y sana.

Belén Gómez del Pino

Madrid |

Entre el 10% y el 20% de la población ha sufrido algún tipo de abuso sexual en la infancia | Pixabay

En la consulta del psicólogo Alejandro Villena hay días que no son fáciles. Anclados en su memoria quedan recuerdos de pacientes. "Nunca olvidaré la canción que silbaba mi padre cuando abusaba de mí", "nunca olvidaré el olor de su colonia", "no puedo ir sola al baño". Según datos de Save the children, entre el 10% y el 20% de la población ha sufrido abusos sexuales en su infancia. 8 de cada 10 casos se producen en el ámbito familiar y en 1 de cada 10 el agresor es el padre.

Sólo el 15% de los casos se denuncia. Detrás de ese silencio está, sobre todo, la vergüenza, "pero cuando están abusando de tí -cuenta Candela- intentas hacer que no pasa nada porque no sabes cómo contarlo". Candela vivió un infierno de abusos desde los nueve años, "de un familiar, que empezó con tocamientos, pero con el tiempo fue a más". Su silencio se convirtió en rabia entrada la adolescencia, "era una niña hipersexualizada, jugaba a que mis muñecos tenían relaciones sexuales y de ahí pasé a la rebeldía, salía, bebía, tenía conductas autolíticas, me cortaba, me golpeaba la cabeza, así podía materializar el dolor que sentía en mi interior".

Un niño que sufre abusos no sabe cómo contar lo que le pasa

Los abusos de Candela duraron diez años. A los 19 intentó suicidarse y trató de frenar los abusos de su agresor; le amenazó con contarlo, "¿por qué estuve tanto tiempo callada? porque me hacía creer que lo estaba provocando yo". A raíz de su rechazo sufrió una paliza que le bloqueó todos los recuerdos. "Mi mente se cerró hasta que a los 26 años me convertí en madre y volví al pueblo. Mi agresor cogió en brazos a mi hija y yo tuve un ataque de ansiedad. Se la arrebaté de las manos".

Tras ese episodio Candela se puso en manos de un psicólogo que le diagnosticó un trastorno de estrés post traumático. Poco a poco, con mucha ayuda, fue recuperándose. "Me reuní con la familia, se lo conté todo y descubrimos que mi agresor no sólo había abusado de mí, también de mi hermano, desde los 11 años y de una prima y de dos amigas de mi infancia. Era un depredador".

Candela es adulta, abogada penalista "superviviente", se define ella. Trata de aportar su granito de arena, "enseñad a los niños a decir que no, a que su cuerpo es suyo y nadie tiene que tocarlo, que nadie les obligue a dar besos porque entonces pierden autonomía sobre sí mismos".

Más riesgo de suicidio y de autolesiones

Un niño que sufre abusos sexuales tiene 30 veces más probabilidad de suicidarse y 16 veces más de ser de nuevo víctima de abusos. La asociación entre sexo y dolor es tan potente como muestra el testimonio de otra víctima, el pianista James Rhodes. En su libro instrumental explica que cuando llora, tiene una erección.

Vivir la sexualidad de forma anómala se relaciona también con el acceso temprano a la pornografía. Los menores españoles tienen el primer contacto con el porno entre los 9 y los 11 años. En 2009, alrededor del 49% de los chicos habían visto pornografía y el 7% de las chicas. 14 años después, en 2023, esas cifras han pasado al 97% y al 78% respectivamente

En el porno la mujer se convierte en algo en lugar de en alguien

"Es una edad demasiado temprana para ese contacto -argumenta Alejandro Villena- no están formados. Son niños que creen en el ratoncito Pérez y están viendo vídeos de violencia sexual, de violaciones, de incestos". La pornografía aumenta los estereotipos de género y se asocia con comportamientos de abuso. "La mujer siempre pierde -explica Villena- se convierte en algo en lugar de en alguien".

Hay estudios que demuestran que el efecto en el cerebro de consumir pornografía es similar al de consumir cocaína. Y hay datos físicos que muestran un vínculo cada vez mayor entre el porno y la disfunción eréctil. "Cada vez vemos en consulta más casos de hombres que tienen problemas para tener una relación sexual sana", dice el psicólogo. Y entre los jóvenes, las estadísticas muestran que el 21% entre los 18 y los 35 años tienen problemas de disfunción. "Y ojo -alerta Villena- también el 17% de las mujeres". Entre el 3% y el 7% de la población tiene un uso problemático de la pornografía.

Es el caso de Daniel. Su primer contacto con un vídeo pornográfico fue hacia los 7 años y casi por azar, por la curiosidad de un vecino de su edad que se hizo con una cinta VHS de un hermano mayor. "Era porno duro -recuerda- dos hombres y una mujer. Yo no tenía entonces una estructura mental formada como para asimilar lo que estaba viendo. Recuerdo una sensación de malestar y luego, días después, sensaciones de placer cuando veo una mujer sexualizada, en la publicidad, en bikini, en ropa interior".

Daniel reconoce que la pornografía empezó a ocupar un lugar muy grande en su mente y desde entonces "consigo aplazar el consumo pero no pararlo". Mantenerlo a raya es una tarea compartida con su mujer, que conoce el problema y trata de ayudar, "aunque sea muy doloroso y se termine haciendo muchas preguntas, se pregunta, por ejemplo si ella no es suficiente para mí. Nos duele a los dos".

La mitad de las familias no hablan de sexo

Con estas realidades en escena la educación sexual se vuelve imprescindible. "Las familias necesitan mucha conciencia", dice Alejandro Villena. Y da datos: el 50% de las familias nunca han hablado de sexualidad, el 77% no han hablado de pornografía.

Por eso el Colegio Oficial de Psicología de Madrid ha presentado el proyecto "Hablemos de... sexualidad". Busca prevenir los problemas a través de jornadas, mesas redondas, debates y otras actividades, para ofrecer posibles soluciones que ayuden a la población, adultos y jóvenes, a relacionarse con el sexo de modo natural, bajo el paraguas del respeto y el cuidado.

La radiografía que muestra la experiencia de consulta de Alejandro Villena da la clave de lo necesario que es actuar. Cada año aumentan las cifras de adicción a la pornografía, los abusos, las agresiones sexuales y las infecciones de transmisión sexual. "Ya están teniendo graves consecuencias en la sociedad", advierte.