El caso de la ruptura de Ilia Topuria y Giorgina: denuncias cruzadas, presunta extorsión y acusación de malos tratos
La separación del campeón de UFC y la influencer venezolana ha escalado a un enfrentamiento judicial explosivo que involucra a su hija menor, con el luchador denunciando un intento de extorsión y ella formalizando acusaciones de violencia doméstica. Ambas partes afirman tener pruebas irrefutables, mientras el caso se tramita en privado y genera un revuelo mediático intenso.
La tormenta perfecta se desata en la élite del deporte y el corazón roto: el campeón de la UFC Ilia Topuria y su expareja Giorgina Uzcategui convierten su separación en un pulso judicial que promete revelaciones explosivas, pero que por ahora se cuece a fuego lento en los tribunales.
Una ruptura que salta del ámbito privado a los juzgados
La relación entre Ilia Topuria, doble campeón del mundo de la UFC, y la modelo e influencer venezolana Giorgina Uzcategui comenzó en 2021 y se consolidó con el nacimiento de Hugo y su hija en común, hasta que la pareja decidió romper el pasado verano por causas aún desconocidas.
Según la versión difundida en el programa "Y ahora Sonsoles", la ruptura se produjo en agosto y dio paso a una negociación centrada en las condiciones económicas de la separación y en la organización de la vida familiar tras la crisis. A finales de octubre o principios de noviembre, el luchador habría interpuesto una demanda civil en la que se fijaban los términos de la separación, que fuentes próximas a su entorno describen como "bastante beneficiosos para ella" y destinados a ordenar cuestiones de interés común, especialmente relativas a la hija.
El comunicado de Topuria: "presiones intolerables" y la denuncia por extorsión
En este clima de tensión, Ilia Topuria decidió romper su silencio y difundió un comunicado en el que afirma ser víctima de un "intento de extorsión". El peleador sostiene que durante los últimos meses ha sufrido "presiones intolerables", con amenazas de difundir acusaciones de malos tratos que, según denuncia, "solo desaparecerían a cambio de dinero", y asegura que "la verdad solo tiene un camino: los hechos".
Topuria afirma disponer de "pruebas documentadas" que ya ha puesto a disposición de la justicia y ha presentado una denuncia formal "con nombre y apellidos" contra la persona que considera responsable, a la que no identifica públicamente, por presunto intento de extorsión, falsificación de pruebas, sustracción de dinero y objetos personales, además de amenazas.
La respuesta de Giorgina: denuncia por malos tratos y silencio cauteloso
Paralelamente, la periodista y colaboradora Isabel Rábago ha explicado en televisión que, en el momento en que se notifica a Giorgina la demanda de separación, "ella se presentó en los despachos de abogado como víctima de maltrato" y que su actuación habría tenido "una pretensión puramente económica, a cambio de no llevar esa denuncia de maltrato".
Según esa misma versión, Giorgina habría formalizado una denuncia por malos tratos en el marco de la ruptura y sostiene que dispone de pruebas que respaldan sus acusaciones, extremo que se dirime ante los tribunales y que no ha sido detallado públicamente. A través de su abogada, la modelo ha pedido "prudencia y respeto por la intimidad de las partes", ha subrayado que existe "un procedimiento judicial en curso, de carácter estrictamente privado y familiar, que afecta de manera directa a un menor de edad", y ha adelantado que no ofrecerá más declaraciones fuera del ámbito legal.
Un proceso abierto, sin medidas cautelares conocidas y con impacto en su carrera
Las informaciones difundidas hasta ahora apuntan a que, pese a la denuncia por malos tratos, Ilia Topuria no ha recibido "ninguna orden de alejamiento ni ningún tipo de notificación" de carácter penal que restrinja sus movimientos respecto a su ex pareja o a su hija.
El luchador insiste en que "jamás" ha ejercido violencia contra nadie y que su vida se ha regido por "el respeto, la disciplina y la honestidad", al tiempo que expresa que solo quiere proteger a sus hijos en un momento que califica de especialmente difícil en el plano personal.
La dimensión del conflicto ha llevado al campeón hispano-georgiano a anunciar que no competirá durante el primer trimestre de 2026, alegando la necesidad de centrarse en resolver la situación judicial y familiar antes de volver a defender sus títulos en la UFC.