Los animalistas critican a España por encontrarse entre los cinco únicos países de Europa que sigue produciendo este tipo de paté de hígado, cuya producción ya ha sido prohibida en 18 países y varias ciudades, la última de ellas, Nueva York.
La petición, que está dirigida al ministro de Agricultura, Luis Planas, recoge que cada año, más de 1.150.000 patos y gansos son alimentados de manera forzada para que sus hígados "crezcan hasta diez veces su tamaño normal y obtener foie gras, una práctica que obliga a enfermar a los animales y supone una tortura para ellos".
Los animalistas han documentado cómo las aves son alimentadas a la fuerza hasta tres veces al día mediante un tubo de 30 centímetros con el que depositan en sus estómagos hasta dos kilos de alimentos al día.
"En el caso de una persona esto sería equivalente a que ingiriese 12 kilos de alimento en cada comida. Un maltrato extremo es incompatible con la vida. De hecho muchos no sobreviven a las dos semanas que dura aproximadamente la alimentación forzada", critican.
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