El anestesista de la mujer que falleció tras una lipoescultura asegura que avisó al cirujano del riesgo
El anestesista declaró que había alertado al medico del peligro que corría la paciente durante la lipoescultura.
El anestesista que intervino durante la operación de cirugía estética de Sara Gómez, de 39 años, ha alegado que avisó al doctor del riesgo de la lipoescultura. El cirujano, Javier Alejandro Masso, está acusado de un delito de homicidio imprudente, ya que la paciente falleció un mes más tarde tras ser trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) por las múltiples perforaciones y lesiones en el riñón, el hígado, el duodeno, el colon y el intestino que presentaba.
Según aclara el anestesista, alertó al cirujano del riesgo que suponía ya que la fallecida sufría episodios de hipotensión y de que el líquido que se extraía tenía un color hemático.
Así se recoge en la comparecencia que hizo ante la Consejería de Salud de Murcia 12 días después de la intervención, cuando la paciente, natural de Alcantarilla, estaba ingresada en la UCI del hospital público al que la trasladaron.
Las declaraciones aportadas por el anestesista están incluidas en la denuncia que ha presentado el letrado de la acusación particular en nombre del padre de la fallecida, en la que se pide que este anestesista sea llamado a declarar como investigado.
Además, en el escrito destacan las contradicciones del anestesista, en la que alegó que la operación, que duró cinco horas y media, transcurrió "con ausencia de complicaciones".
Sin embargo, ante la Consejería aseguró que cuando habían transcurrido cuatro horas y media de la operación, la paciente sufrió episodios de hipotensión, que se controlaron con fármacos. Asimismo, también explicó que avisó al cirujano de que el tejido graso que se extraía tenía un color hemático y le instó a que acabara la intervención "por las cifras tensionales".
La acusación particular aclara que basándose en sus declaraciones, el anestesista era consciente del riesgo de la operación y aún así la permitió durante una hora más.
Por otra parte, la acusación también lamenta que no se avisase a las urgencias del 061 hasta poco antes de las 18 horas del día de la operación, el 2 de diciembre, cuando los médicos de este servicio público vieron en su parte que la afectada presentaba palidez y sangrado continuo y estaba en estado de choque.
Finalmente, la paciente terminó falleciendo el pasado 1 de enero, y el cirujano compareció miércoles, 5 de enero, en el juzgado de instrucción de Cartagena que dirigía las investigaciones, que decretó que quedara libre con las cautelares de retirada del pasaporte y prohibición de salir de España.