Agricultura planta cara a Consumo por Nutri-Score
El Ministerio de Consumo aprobará este polémico sistema de etiquetado que se contempla en el Acuerdo de Gobierno
El Ministerio de Agricultura ha plantado cara al de Consumo y ha manifestado su oposición al nuevo sistema de etiquetado de los alimentos, conocido como Nutri-score. El gabinete dirigido por Luis Planas cree que este polémico semáforo nutricional "se aleja de la dieta mediterránea". Agricultura defiende que no debería aprobarse hasta que la Comisión Europea determine si es un sistema válido como está previsto para 2022. Sin embargo, Consumo sigue decidido a aprobarlo. El departamento de Garzón alega que "figura en el Acuerdo de Coalición" y se muestran seguros de que "se va a cumplir".
Esta nueva lucha entre carteras del PSOE y Podemos acrecenta fricciones entre el Gobierno de coalición. Esta postura contraria del Ministerio de Agricultura podría retrasar la aprobación de este sistema, por lo que no se instauraría en el margen prometido por Garzón.
Nutri-Score es un polémico sistema de etiquetado de los alimentos que los califica de más a menos saludables con letras de la A a la E y colores del verde al rojo. Esta categorización se verá reflejada en la etiqueta fronta. Este semáforo sigue un algoritmo ideado en Oxford y adaptado por el Consejo Superior de Salud Pública de Francia.
Son muchos los científicos que se han mostrado a favor de este sistema y han pedido su aplicación inmediata para que los consumidores sigan una dieta más sana, pero los nutricionistas no ven con buenos ojos este algoritmo que fácilmente puede ser amañado si se añaden componentes saludables a alimentos ultraprocesados. Según los especialistas en nutrición, este sistema 'cojea' porque no mide el grado de procesamiento de los productos.
El ministro de agricultura había criticado el sistema de etiquetado en múltiples ocasiones, pero ahora su departamento ha tomado esta postura de manera oficial. "Algunos aspectos de Nutri-Score pueden orientar a los consumidores a pautas de consumo alejados de la dieta mediterránea, que es un referente mundial de dieta saludable, moderada, equilibrada, variada y sostenible", explicaba un portavos de Agricultura a EL PAÍS. "Numerosos estudios relacionan esta dieta con una menor prevalencia de distintas enfermedades y con una mayor longevidad y calidad de vida", agrega.
Por este motivo, la cartera de Planas aboga por retrasar su aprobación a la espera de que la Comisión Europea elabore una posible propuesta legislativa sobre este etiquetado. La decisión podría tomarse el próximo años, aunque hasta finales de 2022 no habría una decisión.
Consumo no ve el motivo por el que debería retrasarse esta medida y sostiene que "hace dos años se firmó un acuerdo de gobierno para esta legislatura y los compromisos hay que cumplirlos". Según un portavoz de este ministerio, con esta norma "se reduciría el impacto de la comida basura, al establecer obligaciones claras en el etiquetado, que deberá reflejar la calidad de los productos conforme al modelo del semáforo nutricional"
El gabinete de Garzón defiende que el semáforo nutricional cuenta con un gran apoyo por parte de científicos, asociaciones de consumidores y especialistas en nutrición. La postura contraria de Agricultura podría seguir retrasando la aplicación de esta medida, que Garzón preveía para 2020 y retrasó a finales de 2021, fecha difícil de cumplir a falta de dos meses escasos para finalizar el año y ninguna regularización firme puesta sobre la mesa. Algunas empresas ya han implementado el semáforo nutricional, puesto que no existe regularización, por lo que ellas deciden si aplicarlo.