Las agresiones sexuales a menores son cada vez más graves, más frecuentes y más prolongadas
Tres de cada diez víctimas no denuncian ni tienen intención de hacerlo. El perfil tipo del agresor es varón, mayor de edad y del entorno de la víctima. La mitad son miembros de sus propias familias.
Madrid |
"Al ser tan pequeña, yo no comprendía nada, era un juego desagradable pero lo que tenía claro era que yo no quería jugar y que no me gustaba". "Al ser pequeña no sabía si estaba bien o mal. Fue a los nueve años cuando empecé a sentirme incómoda". "Debí decirle que no y que parara, pero ni siguiera lo pensé. sólo creí que si me estaba quieta acabaría rápido". Son testimonios de niñas víctimas de violencia sexual, recogidos por los psicólogos de la Fundación ANAR y son sólo, la punta del iceberg, la muestra de quien termina confesando lo que le ocurre. Una de cada tres víctimas no lo hace.
Las agresiones sexuales detectadas por el teléfono o el chat de ANAR han aumentado un 55% en cinco años y se han quintuplicado en los últimos quince: por cada caso en 2008 se registraron 4,5 en 2023. "Los datos revelan -explica Benjamín Ballesteros, director técnico de la Fundación- una tendencia creciente de estas agresiones".
Al analizar el perfil de los agresores vemos que son, fundamentalmente, varones (en un 94,3%). Remarca ANAR que "las agresiones sexuales por parte de la madre suelen ser menos frecuentes y generalmente están relacionadas con adicciones como el alcohol o estupefacientes". Ocho de cada diez agresores son mayores de edad. Las agresiones entre iguales también existen, aunque sean menos frecuentes. Existen estudios que confirman que en algunos casos estos agresores han sufrido a su vez algún tipo de maltrato o de abuso sexual. Los adolescentes agresores "sufren un déficit en su proceso de socialización y tienen carencia ética social, falta de autocontrol y de empatía".
Mi hija mostraba comportamientos muy agresivos y se orinaba la noche antes de acudir al punto de encuentro
La mitad de los agresores forman parte de la familia de la víctima. Llama la atención que los perfiles de mayor riesgo cuando son las niñas o adolescentes el objetivo, sean su padre biológico, sus primos, sus tíos o sus abuelos. En este último caso, la probabilidad de que ejerza violencia sexual hacia la niña, en comparación con otro tipo de violencias, es de casi 15 veces más alta. "Y ocurre -desvela Ballesteros- que existe una escasa percepción de riesgo dentro del entorno familiar, cuando el 80% de los casos se producen ahí y más de la mitad de ellos son la propia familia. Los principales agresores, el padre biológico o la pareja de la madre".
Las agresiones son diarias en uno de cada tres casos
Otro de los aspectos sobre los que hace hincapié ANAR es en el empeoramiento de la situación. Los casos son cada vez más graves y más frecuentes. "Estamos hablando de frecuencia diaria en un 28% de los casos. En casi la mitad de los casos llega a durar más de un año", explica Benjamín Ballesteros. Además, el 10% de los agresores son reincidentes. "Han quedado impunes y pueden seguir agrediendo", dice ANAR.
Y es grave también el aumento de las agresiones múltiples o en manada, que representan más de uno de cada diez casos. Suponían el 2,1% del total en 2008 y representan en 2023 casi el 11%. "No son casos aislados o mediáticos", apostilla Ballesteros. Cuando las agresiones se producen entre iguales, en los 13 a 17 años sobre todo, hay una fuerte conexión con la pornografía.
En los factores de riesgo también aparece la edad de las víctimas: las niñas menores de 10 años son 1,5 veces más propensas a sufrir violencia sexual que de otro tipo. También que la familia sea migrante (aumenta el riesgo 1,2 veces) que la niña o adolescente tenga algún tipo de discapacidad (el riesgo es 1,5 veces mayor) e incluso la época del año: la probabilidad de abusos se multiplica en verano. Y por supuesto el principal factor de riesgo es ser niña. Tienen un 400% más probabilidades de convertirse en víctimas de agresión sexual que los niños.
Es él el que me hace todo eso y yo sé que está mal, pero tengo miedo a decir que no
Resulta evidente la relación entre las agresiones sexuales y la salud mental, como efecto directo del sufrimiento. Pero resulta revelador comprobar cómo en las niñas la sintomatología es más primaria, mientras que en los adolescentes es más compleja y grave. Reflexiona ANAR "porque con su edad son algo más conscientes del suceso traumático sufrido". Así, las niñas de 0 a 9 años sufren más episodios de miedo, de agresividad o de rabia y más trastornos del sueño. En adolescentes aumentan las conductas suicidas, las autolesiones, la baja autoestima, los trastornos alimentarios, la depresión y las adicciones.
Las nuevas tecnologías han acrecentado la problemática. Un 44% de las agresiones llevan aparejado su uso, lo que supone un aumento del 21,6% desde 2008. Además cabe destacar que el 13,4% de las víctimas estaban bajo el efecto de sustancias estupefacientes y 1 de cada 100 bajo sumisión química.
Todos los datos del informe de la Fundación ANAR han sido extraídos del análisis de las llamadas e intervenciones de su equipo . De 2019 a 2023 recibieron más de 81.000 consultas y atendieron 4.522 casos de agresión sexual a niños y adolescentes. El teléfono ANAR de Ayuda a Niños, Niñas y Adolescentes es el 900 20 20 10. Dispone además de chat, chat. ANAR.org