Adictos a TikTok: por qué tiene mayor capacidad de adicción que el tabaco
La red social se basa en un algoritmo creado para mantener al usuario el máximo tiempo posible y moldeado para adaptarse a sus gustos y preferencias. Pero, ¿Qué consecuencias negativas conlleva en los jóvenes?
Las nuevas tecnologías nos están quitando horas de vida. Horas que podríamos dedicar a leer, a descansar, a estar con la familia o los amigos y que ahora se están convirtiendo en tiempo que pasamos solos, con la cabeza gacha, fijos en la pantalla de nuestro móvil… Ya no es raro ver un grupo de adolescentes sentados en un banco, en silencio, absortos en sus teléfonos sin mediar palabra. Pero tampoco lo es verlo en gente más mayor… Los españoles pasamos una media de cuatro horas diarias frente al móvil. Unos datos que dan vértigo si somos conscientes de que las generaciones venideras pasan cada vez más tiempo con este aparato.
Y las redes sociales son, sin duda, la principal razón por la que estamos tan enganchados. Todo empezó con Facebook, seguido de Instagram, de Whatsapp y desde hace un par de años, ha llegado una de las aplicaciones más adictivas a nuestras vidas… Tiktok. Nacida poco antes de la pandemia, ayudó a muchos usuarios confinados a pasar las horas entretenidos, en especial a los más jóvenes. Una aplicación donde se comparten vídeos cortos de todo tipo ya no sólo bailes; hablamos de vídeos de cocina, de motor, de ropa..
Y si a esta variedad de contenido le sumamos el algoritmo que sigue la plataforma para captar usuarios nuevos y mantener los que ya están, se convierte en la combinación perfecta para absorber la atención de cualquiera durante horas.
Existen pocos estudios científicos sobre el fenómeno Tiktok, pero los investigadores de la Universidad de Zhejiang, en China, han comprobado que esta aplicación actúa en el cerebro de las personas de tal manera que consigue afectar a las regiones que segregan dopamina en nuestro cuerpo y nos hacen sentir bien. Se podría decir que, en cierto modo, Tiktok nos hace felices y cómo nuestro cerebro busca conseguir esto de forma rápida y sencilla, nos crea la necesidad de echar un vistazo a la aplicación de vez en cuando.
Pero para hablar de la influencia de esta red social en las personas y especialmente en los jóvenes, hablamos con la psicóloga María Jesús Álava Reyes: "Hay algunas claves que nos dice muy bien lo que hacen los algoritmos. Es un producto muy atractivo, es un producto gratuito, fácil, rápido, con un mecanismo infinito que siempre tiene algo para cada uno de nosotros". Es una máquina perfectamente engrasada que nos genera "bienestar, risa, excitación, contacto con el riesgo, producción de endorfinas, sensación de poder".
Los jóvenes que más se enganchan "son personas con una cierta impulsividad, falta de criterio, falta de espíritu crítico, necesidad de pertenecer a un grupo, a un colectivo, de tener esa especie de aplauso social, estar a la moda", subraya la experta.
Ese uso frecuente y continuado de las redes, puede acabar en una adicción que puede producir ansiedad, dependencia emocional, pérdida de motivación, falta de autocontrol e irritabilidad. Un estudio que hicieron en la Escuela de Negocios de Chicago señalaba que las redes sociales tienen una capacidad de adicción mayor incluso que el tabaco porque entre otros motivos, acceder a estas plataformas resulta muy sencillo y además es tremendamente gratuita.
Muchas veces este abuso de las redes está detrás como un importante factor del fracaso escolar: "Cuanto más adicción, más dependencia tienen de las nuevas tecnologías, normalmente hay peores resultados a nivel académico. Esto es un tema clarísimo a partir de las adicciones, que pueden llevar a problemas tanto a nivel físico como mental, y por eso es tan importante un diagnóstico y un tratamiento efectivo en las fases previas", asegura María Jesús.
En cuanto al tratamiento, lo "primero paciencia, porque fíjate que el tratamiento ofrece un acompañamiento psico educativo al menor y a su familia al menos durante tres meses al menos. Es difícil conseguir esa especie de desenganche. Hay una serie de sesiones individuales, de grupos terapéuticos para adolescentes, espacios de encuentros para progenitores. Se accede por derivación de un profesional sanitario, educativo, social".