Los 10 tipos de personas que no merecen una segunda oportunidad, según la psicología
Dar segundas oportunidades puede generar grandes aciertos, pero también errores que lamentaremos. Esto dice la psicología al respecto.
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"Si te engañan una vez es culpa del otro, si te engañan dos, la culpa es tuya". Esta frase tan escuchada se ajusta a la investigación psicológica que sugiere a qué personas no debemos dar una segunda oportunidad. Son aquellas cuyas acciones y comportamientos indican que no cambiarán, y darles una nueva oportunidad puede poner en riesgo tu bienestar emocional. Estos son los 10 tipos de personas que, según estudios psicológicos, deberías considerar muy bien si les das una segunda oportunidad.
1) El manipulador crónico
Los manipuladores son expertos retorcer la realidad para culpar a los demás y así lograr sus objetivos. Nos suelen ver más de su propio beneficio, sin importar el daño que puedan causar. La manipulación constante es un patrón difícil de cambiar, por lo que darles una segunda oportunidad podría llevarte de nuevo a una relación de engaños y caos emocional.
2) El mentiroso patológico
Los mentirosos compulsivos no siempre lo hacen con maldad, pero sus engaños reiterados hasta en cosas triviales, generan desconfianza y confusión. Según la psicología, las personas que mienten repetidamente tienen dificultades para romper este hábito, lo que puede dañar profundamente cualquier relación e imposibilita que exista confianza.
3) El vampiro emocional
Estas personas absorben tu energía con sus constantes dramas y actitudes negativas, lo que puede afectar no solo tu bienestar emocional, sino también tu salud física. Su actitud puede tener un nocivo impacto en tu nivel de estrés, afectando tu sistema inmunológico. Darles otra oportunidad puede significar exponerte a más estrés y agotamiento.
4) La víctima perpetua
Estas personas nunca asumen la responsabilidad de sus acciones, siempre culpando a otros por sus problemas. La psicología señala que esta mentalidad impide el crecimiento personal, ya que no pueden reconocer su propia responsabilidad en situaciones de conflicto. Y si ellos siempre son la víctima... ya sabes qué papel te va a tocar a ti.
5) Personas sin remordimientos
Algunas personas carecen de empatía y nunca sienten culpa por el daño que causan. La falta de remordimiento es un indicio de ciertos trastornos de la personalidad, lo que hace poco probable que cambien. Sin la capacidad de arrepentirse, estos individuos probablemente repetirán sus acciones, causando más daño.
6) Los 'rompecorazones' sin compromiso
Estos individuos juegan con los sentimientos de los demás y rara vez mantienen relaciones profundas o significativas. Denota una falta de madurez emocional, lo que les lleva a dañar los sentimientos de personas a las que habían ilusionado. Darles otra oportunidad es arriesgarse a quedar como un títere a su merced y a recibir afecto de forma intermitente en función de sus intereses.
7) El crítico constante
La crítica constructiva ayuda a crecer, pero hay personas que encuentran defectos constantemente. Según la psicología, estas personas proyectan sus propias inseguridades en los demás. Estar cerca de ellos puede erosionar tu autoestima.
8) El amigo oportunista
Solo le verás cuando las cosas van bien, pero desaparecen en tiempos difíciles. Aunque no parezcan tan dañinos, la psicología advierte que la falta de apoyo constante puede generar inseguridad y frustración. Las relaciones sólidas requieren lealtad tanto en los buenos como en los malos momentos.
9) El egoísta
El egocéntrico pone siempre sus necesidades por encima de las de los demás. Estos individuos suelen tener dificultades para empatizar, lo que puede hacerte sentir que tus sentimientos no importan.
10) Los que no cumplen promesas
Las promesas rotas erosionan la confianza y dañan cualquier relación. Según la psicología, las personas que continuamente fallan en cumplir sus promesas, no son de confiar. Darles otra oportunidad solo podría abrir la puerta a más decepciones y frustraciones.
La psicología nos enseña que los comportamientos suelen ser patrones repetidos. Si alguien ha demostrado ser capaz de causarte daño, es esencial que te protejas de futuros sufrimientos. Prioriza tu bienestar y no temas rechazar una segunda oportunidad cuando sabes que los patrones no cambiarán.