¿Tienes utensilios de cocina de plástico negro? La ciencia dice que deberías tirarlos
Estos productos, presentes en dispositivos tecnológicos, podrían contener un material tóxico que se relaciona con enfermedades como el cáncer
El plástico negro empleado en los utensilios de cocina podría suponer un riesgo para la salud. Así lo expone un nuevo estudio en el que se ha descubierto que este tipo de material puede contener niveles alarmantes de retardantes de llama tóxicos.
Estos podrían estar filtrándose durante el reciclaje de productos electrónicos como móviles, ordenadores y tabletas.
Los retardantes de llama bromados (BFR, por sus siglas en inglés) son de los más preocupantes, ya que son tóxicos y se han relacionado con el cáncer, las alteraciones hormonales, el desarrollo, etc.
En el estudio, publicado en 'Chemosphere', los investigadores plantearon la hipótesis de que era posible que los utensilios de plástico negro tuvieran estas sustancias.
Para comprobarlo escogieron 203 productos de plástico negro, entre los que se encontraban vajillas, accesorios para el cabello, utensilios de cocina y también juguetes. Todos los productos procedían tanto de tiendas físicas como online. Así, una vez que los investigadores realizaron diferentes pruebas para comprobar si realmente tenían retardantes de llama, procedieron al análisis de los datos.
Resultados de la investigación
Lo que encontraron los investigadores fue una mezcla de retardantes de llama en un 65% de los productos. Entre ellos se encontraban vajillas, juguetes, utensilios de cocina y un accesorio para el cabello.
Estos retardantes de llama son los más frecuentes y los que se utilizan en las televisiones, incluyendo los que estaban prohibidos.
Qué hacer para reducir el riesgo
Con el fin de evitar posibles enfermedades y consecuencias negativas para el organismo, los expertos aconsejan reemplazar los utensilios de plástico negro por otros de madera o de acero inoxidable.
Además, insisten en que lo mejor es priorizar los productos exentos de plástico, con el fin de minimizar la exposición a aditivos dañinos presentes en estos materiales.
Para una mejor calidad de vida, recomiendan limpiar y ventilar con regularidad la vivienda para eliminar los restos de retardantes que hayan podido acumularse en el polvo o en el aire.