La técnica de un doctor de Harvard para dormirte en solo un minuto

El insomnio es uno de los grandes males del siglo XXI. Cada vez más personas tienen dificultades para conciliar el sueño y los especialistas alertan del uso excesivo de benzodiacepinas para tratar este trastorno.

Según el informe '¿Cómo duermen los jóvenes? Hábitos y prevalencia de trastornos del sueño en España' de la Fundación Mapfre, la Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Sociedad Española del Sueño (SES), el 80% de los jóvenes españoles entre los 18 y los 34 años presentan algún síntoma nocturno de insomnio.

El ritmo de vida actual, el estrés y las dinámicas de trabajo (turnicidad, trabajo nocturno..) son algunos de los factores que influyen en la mala calidad del sueño, que, mantenida en el tiempo, puede derivar en graves trastornos de salud mental.

En concreto, el insomnio puede ser uno de los factores que influye en la depresión y el suicidio, mientras que tener un buen sueño, en cantidad y calidad, va a permitir "prevenir muchos tipos de enfermedades tanto a nivel cardiovascular, obesidad, trastornos endocrinos, neurológicos, cognitivos y mentales", asegura la especialista en Neurofisiología, responsable de Trastornos del Sueño en el Hospital Universitario Virgen de la Macarena, María Aguilar.

La técnica para dormirte en un minuto

Aunque no existen milagros contra el insomnio, algunos métodos y técnicas naturales, sin contraindicaciones, pueden ayudar a conciliar el sueño.

Una de ellas es la técnica 4-7-8 con la que puedes quedarte dormido en solo un minuto. Esta técnica, creada por Andrew Weil, doctor en la Universidad de Harvard se inspira en el yoga y puede ayudar a quienes tienen problemas para dormir y ya lo han probado todo.

Consiste en aplicar una antigua una práctica de yoga llamada pranayama, que ayuda a controlar su respiración y relajarse. Su inventor ha descrito la técnica como un "tranquilizante natural para el sistema nervioso".

Cómo se realiza

La técnica consta de cuatro pasos bastante sencillos. Lo primero que hay que hacer es colocar la punta de la lengua detrás de los dientes superiores frontales, donde empieza el paladar. Después, hay que cerrar la boca y respirar por la nariz durante cuatro segundos. A continuación, aguantamos la respiración durante 7 segundos. Finalmente, expulsamos todo el aire durante ocho segundos (4-7-8).

Cuando hemos acabado el ritual, hay que repetirlo tres veces más. La práctica continuada de esta técnica hará que cada vez se vuelva "más eficaz".