Los riesgos físicos y psicológicos de aumentarse los labios, según dos especialistas en medicina estética
La técnica de aumento de labios consiste en embellecer y realzar los labios a través de la inyección de un material de relleno. Descubre aquí sus riesgos.
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Madrid |
De acuerdo con un informe de la Sociedad Española de Medicina Estética, aproximadamente el 40% de los españoles han optado al menos una vez por algún procedimiento estético. En este panorama, el ácido hialurónico emerge como uno de los elementos más destacados. Este compuesto, que se encuentra de manera natural en la piel y otros tejidos del cuerpo humano, se ha popularizado como una alternativa para quienes buscan rejuvenecer su apariencia sin someterse a intervenciones quirúrgicas invasivas.
La doctora Carmen Martín, especialista en medicina estética, cuenta que el método habitual de aumento de labios consiste en utilizar productos de relleno. Este es el caso del ácido hialurónico, ya que es puramente voluminizador y transparente, por lo que su color no se transparenta en el labio.
El aumento de labios también se puede llevar a cabo con un implante labial.
Implantes labiales: método y riesgos
La doctora Isabel de Benito, especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética y actual presidenta electa de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, explica que la intervención para aumentar el volumen de los labios mediante implantes se lleva a cabo de manera ambulatoria, empleando anestesia local y puede durar hasta dos horas, dependiendo de la complejidad del procedimiento. De acuerdo con la experta, se emplean diversos materiales para este fin, entre ellos:
- Alloderm: una membrana de colágeno proveniente de humanos fallecidos, que se coloca mediante cortes pequeños en el interior del labio. Su efecto tiene una duración aproximada de un año.
- Autoinjerto de grasa: ofrece posibilidades de resultados duraderos, aunque varía significativamente de una persona a otra.
- Gore-Tex, Soft Form y Soft ePTFE: estos materiales artificiales prometen efectos permanentes, pero conllevan un riesgo de reacciones alérgicas.
- Injertos locales: se recurre a tejido y piel de la parte interna de la boca para este procedimiento, siendo más invasivo que las otras opciones.
- Implantes de elastómeros de silicona: se trata de otra opción para quienes buscan aumentar el volumen de sus labios de manera permanente.
- Reacciones alérgicas al material del implante.
- Hemorragias durante o después del procedimiento.
- Rigidez del implante, lo que puede hacer necesaria su extracción.
- Infecciones postquirúrgicas.
- Daño o alteración en los nervios de los labios, afectando la sensibilidad o función.
Casos en los que no está indicado el aumento de labios
Según las expertas consultadas, el aumento de labios no se recomienda en los siguientes casos:
- Pacientes que padecen ciertas afecciones, tales como diabetes o lupus eritematoso.
- Individuos con predisposición a formar cicatrices hipertróficas o queloides.
- Aquellos que ya tienen cicatrices preexistentes en los labios.
- Personas con trastornos de coagulación sanguínea.
- Individuos que sufren de aftas labiales recurrentes.
¿Cómo afecta psicológicamente el aumento de labios al paciente?
Comúnmente, los pacientes que buscan un aumento de labios lo hacen por diversos motivos: algunos desean destacar esta área facial, otros buscan solucionar la inseguridad causada por labios naturalmente delgados o incluso corregir labios que se curvan hacia adentro. En estos pacientes, el resultado suele tener un impacto positivo en la autoestima.
Sin embargo, de acuerdo con las especialistas, no hay que menospreciar los riesgos psicológicos por una posible insatisfacción con los resultados, posiblemente afectando la autoestima e imagen corporal. Algunos pacientes también pueden desarrollar una obsesión con la perfección estética, llevando a la dismorfia corporal (un trastorno donde la preocupación obsesiva por defectos físicos percibidos causa angustia emocional significativa y afecta el funcionamiento diario).
Además, la anticipación y el miedo a resultados no deseados pueden causar ansiedad y estrés, mientras que los resultados insatisfactorios o complicaciones pueden desencadenar depresión. "La decisión de someterse al procedimiento puede impactar negativamente las relaciones sociales, enfrentando críticas o juicios", explica Isabel de Benito. "Además, puede surgir una dependencia psicológica de procedimientos estéticos en la búsqueda de mejorar la apariencia, afectando la autoestima", añade la doctora.
Resultados y riesgos según la edad, tipo de piel, salud...
La Dra. Martín explica que los resultados del aumento de labios varían significativamente entre pacientes, incluso cuando se usa el mismo producto por el mismo médico. Un factor crucial es la condición inicial del labio: un labio naturalmente jugoso e hidratado responderá de manera diferente a uno que está deshidratado o agrietado. El ácido hialurónico, por ejemplo, requiere hidratación para maximizar su efecto de volumen, captando agua de la zona tratada.
Además, la experta señala que el grosor inicial del labio también influye en el procedimiento. En labios finos, es preferible una aproximación gradual, comenzando con una inyección inicial y, tras unos meses, realizar una nueva infiltración. En cambio, en labios ya voluminosos que solo requieren un mayor perfilado, resultados notables pueden lograrse con una sola aplicación.
La edad es otro factor determinante. Con el envejecimiento, ocurren cambios en la estructura ósea y muscular que pueden hacer que el labio se retraiga hacia dentro, complicando el tratamiento. En personas jóvenes con buena estructura ósea y muscular, los resultados tienden a ser mejores y más duraderos. La doctora enfatiza que el diseño del labio debe adecuarse a la edad del paciente, ya que un labio grueso puede ser atractivo en jóvenes, pero no necesariamente en personas mayores.
La salud general del paciente es esencial. Algunas enfermedades, especialmente las autoinmunes como la psoriasis, artritis reumatoide o lupus, pueden contraindicar el uso de ciertos rellenos. Estas condiciones activan el sistema inmunológico, lo que puede llevar a una reacción inflamatoria contra el 'filler' o relleno, conocida como granuloma a cuerpo extraño. Además, infecciones activas como herpes o aftas orales, o estados de inmunosupresión, pueden aumentar el riesgo de complicaciones.