El invierno es la época del año en la que hay menos horas de luz solar, las temperaturas bajan, se sale menos de casa... Y según los expertos, cuanta menos luz solar recibe una persona al día, más altos son sus niveles de melatonina, y al revés, por lo que es normal que se sienta más cansada que en el resto de meses del año y que reduzca su actividad física.
Ha demostrado ser un potenciado de la respuesta inmune del cuerpo. Sus niveles altos se asocian a un menor riesgo de infección. Lo ideal es consumir al menos un 1mg al día y podemos encontrarlo en las zanahorias y el atún.
La vitamina C ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga.
Mantiene a raya los virus y bacterias que trasportan la gripe y otras afecciones respiratorias. Pero eso se debe a que acorta el tiempo en el que los virus continúan activos en el cuerpo. La cantidad indicada al día es de 110 mg al día y puede encontrarse en frutas cítricas y pimientos.
Es muy importante para mantener una salud de hierro. Es un fortificador del sistema inmune además de ser un escudo impenetrable contra infecciones. Una forma de obtener los 20 mg que se necesitan a diario es exponernos al menos 30 minutos a la luz solar. Pero también podemos encontrarlos en huevos y algunos pescados.
Es esencial para mantener al organismo con energía. Retrasa el proceso de envejecimiento celular y es un gran antioxidante. En invierno se necesitará al menos 15 mg al día y pueden encontrarse en los frutos secos.