SALUD

¿Cuál es el deporte que más te conviene? La respuesta está en tu edad, según un experto

¿Eres de los que piensan que la edad es solo un número? ¿O de aquellos que creen que cualquier deporte es adecuado para todas las etapas? Dale una vuelta: tu edad puede revelar el ejercicio que más te conviene. ¡Descubre cuál es el tuyo!

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Miriam Méndez

Madrid | 20.09.2024 08:13

Dime que edad tienes y te diré cuál es el deporte que más te conviene | Pixabay

Imagina que pudieras descubrir, con la precisión de un reloj suizo, cuál es el deporte que, además de mantenerte en forma, puede llegar a transformar tu vida. No se trata de una fórmula mágica ni de una nueva moda pasajera: es la clave que te ayudará a desbloquear el potencial físico y mental que tu cuerpo ha estado esperando. Y aquí está el truco: tu edad tiene mucho más que ver de lo que crees. Desde la infancia hasta la madurez, nuestro cuerpo, nuestras necesidades y hasta nuestras aspiraciones evolucionan, y con ellas, la manera en la que deberíamos movernos.

¿Te has preguntado alguna vez por qué los niños corren como si nunca se agotaran? ¿O por qué, en plena juventud, el cuerpo busca desafíos extremos? ¿O incluso por qué, a medida que sumamos años, el yoga o la natación parecen tener una magia inexplicable que alivia dolores y mejora la calidad de vida? Cada etapa tiene su propio ritmo, su propio pulso y, lo creas o no, hay un deporte hecho para ti, diseñado casi a medida para maximizar lo que necesitas en este momento exacto.

Así, dependiendo de tu edad, puedes conectar con esa actividad que, con cada movimiento, te devolverá algo que creías perdido: la energía, el bienestar, la pasión. Porque no se trata de la moda del momento, ni de cumplir con un estándar de belleza, se trata de encontrar el deporte que se ajuste a ti como un guante, ese que respete tu evolución y te impulse a vivir con intensidad.

Por lo tanto, ¿cuántos años tienes? El deporte que más te conviene te está esperando justo a la vuelta de la esquina.

Infancia y adolescencia: aprender jugando, sin presión competitiva

Durante la infancia, el deporte desempeña un papel fundamental en el desarrollo cognitivo y motor. Según Daniel Álvarez, experto en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, "Es la etapa donde el niño debe practicar una amplia variedad de deportes, disfrutando y aprendiendo a través de actividades lúdicas". Las disciplinas recomendadas incluyen artes marciales como, por ejemplo, judo y kárate, que enseñan disciplina y autocontrol, así como natación, que es una actividad completa para el cuerpo.

Además, deportes como el fútbol y el baloncesto fomentan el trabajo en equipo y desarrollan habilidades sociales, al igual que lo hacen otras actividades, como aprender a montar en bicicleta o, incluso, trepar en los columpios con los amigos. Pero lo más importante, según Álvarez, es que "El deporte a estas edades debe mantenerse siempre con un enfoque lúdico. Los niños necesitan aprender jugando, sin la presión de la competición".

Ahora bien, a medida que los niños se acercan a la adolescencia, se puede empezar a introducir el aspecto competitivo, aunque con precaución. "Es crucial que no se descuide la formación en valores éticos: el esfuerzo tiene su recompensa, y ser buen compañero es tan importante como ganar", recalca el especialista. Los deportes de competición deben promover la salud física, no objetivos de alto rendimiento a edades tempranas.

17-18 años: la importancia del trabajo de fuerza

Al llegar a los 17 o 18 años, el trabajo de fuerza comienza a jugar un rol clave en el desarrollo físico. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda comenzar a hacer ejercicios de fuerza, como musculación, calistenia o levantamiento de pesas, a partir de esta edad, Daniel Álvarez sostiene que iniciarlos antes también puede tener grandes beneficios: "El trabajo de fuerza o musculación, practicado de manera adecuada, mejora la musculatura y la salud ósea, previniendo problemas como la osteoporosis".

Álvarez enfatiza que la fuerza no debe asociarse exclusivamente al levantamiento de pesas en un gimnasio: "El trabajo de fuerza es mucho más que eso; lo usamos a diario. Desde subir o bajar escaleras hasta cargar una mochila, todas estas actividades implican un componente de fuerza innato en nosotros, que somos seres diseñados para el movimiento".

El especialista en Actividad Física y del Deporte añade también que comenzar con ejercicios de fuerza en la adolescencia ayuda a construir una base sólida para el organismo: "Reforzamos no solo los músculos, sino también el sistema óseo, creando unos huesos fuertes que serán una base inquebrantable para el cuerpo".

Actividades como la calistenia o los ejercicios con el peso corporal son ideales para desarrollar esa fuerza innata, al igual que el levantamiento moderado de pesas. "El cuerpo humano está diseñado para el movimiento y la fuerza. No es necesario estar en un gimnasio para fortalecerse, pero si decides hacerlo, asegúrate de contar con un buen profesional que te guíe correctamente", añade Álvarez.

De hecho, cada vez más gimnasios permiten la entrada a jóvenes desde los 13 años, siempre que sigan las pautas adecuadas para evitar lesiones. "Si decides entrar a un gimnasio, asegúrate de contar con un buen profesional que te guíe y enseñe la técnica correcta", aconseja el experto.

20 años: el momento de la explosión física

"Los gloriosos 20 años, esa edad dónde tu cuerpo de forma biológica va a estar más a tope que nunca", afirma el experto. "A aquellos clientes con esta edad les suelo decir que tienen el mejor laboratorio de suplementación que existe, ya que su cuerpo les produce todo de forma natural, si se alimentan bien y descansan, obtendrán el mayor desarrollo sin grandes esfuerzos", explica.

Por lo tanto, los 20 años son, sin duda, el momento más álgido de tu potencial físico. "En esta etapa, el cuerpo está biológicamente preparado para rendir al máximo. Es el mejor momento para aprovechar tu capacidad física natural", explica Álvarez.

Actividades como el fútbol, las artes marciales a un nivel avanzado, el rugby o el boxeo son altamente recomendadas para quienes buscan desafíos. "Es una edad ideal para deportes de contacto, donde el cuerpo aún responde de manera rápida y eficiente", señala el experto.

25-30 años: mantén la fuerza y suma cardio

A partir de los 25 años, algunas estadísticas indican que el cuerpo puede comenzar un declive físico. Sin embargo, Álvarez asegura que este proceso puede ralentizarse o incluso revertirse con el ejercicio adecuado: "La buena noticia es que todo lo que hagas a esta edad se sumará a tu calidad de vida y longevidad, reducirá tus años biológicos, y atenuará, de forma considerable, el deterioro natural del paso de los años", señala.

A esta edad, es crucial combinar ejercicios de fuerza y aeróbicos. Deportes como el tenis o el pádel son ideales, pero no olvides las pesas: "El trabajo de fuerza es esencial para mantener la musculatura y, por ende, la salud", afirma Álvarez. Además, salir a correr o participar en carreras de running también es una excelente opción para oxigenar el cuerpo.

40 años: flexibilidad y equilibrio

Llegando los 40 años, Daniel Álvarez recomienda mantener una rutina que combine fuerza, aeróbicos y, sobre todo, estiramientos. "A esta edad, es crucial trabajar en la flexibilidad, ya que su pérdida puede traducirse en lesiones", advierte. Actividades como pilates son especialmente útiles: "Soy un apasionado de la Contrología de Pilates (control total del cuerpo a través de la mente). No solo alivia molestias, sino que también ayuda a mantener el equilibrio motor y a compensar el trabajo de fuerza", asegura.

50 años: prevención de lesiones y adaptación

"Llegado al medio siglo, te aconsejo que seas más cuidadoso con los grandes esfuerzos, y si los haces, se inteligente: prepárate mucho para ello y de forma cuidada", alerta el especialista. Se trata de una etapa donde el riesgo de lesiones aumenta, y es aquí donde comenzamos a notar el impacto de los años si no nos hemos cuidado antes.

Daniel Álvarez explica que, a partir de cierta edad, se produce una bifurcación en la población, un punto clave que no suele comentarse: “Por un lado, tenemos a personas muy preparadas que, a medida que envejecen, continúan compitiendo en eventos de alta exigencia, como triatlones o, incluso, Ironman. De hecho, cada vez es más común ver a personas de mayor edad participando en estas competiciones”. Sin embargo, no todos siguen este camino.

“Por otro lado, tenemos a un grupo que empieza a sentir los efectos del paso del tiempo, con lesiones o dolencias que limitan su capacidad para realizar ejercicios de alto impacto”, advierte Álvarez. En estos casos, recomienda evitar actividades con impacto fuerte, como correr. “Si no puedes correr, hay alternativas igual de efectivas, como el uso de la bicicleta, caminar o realizar entrenamientos en interiores, como clases de ciclo indoor o usar la elíptica”, sugiere.

Pero lo más importante, insiste Álvarez, es no descuidar el trabajo de fuerza: "Cuando cumplimos 50 años ya estamos en fase de sarcopenia, un proceso natural por el cual vamos perdiendo masa muscular con el tiempo. Aunque es inevitable, podemos atenuar sus efectos con ejercicios de fuerza, por lo tanto, nunca dejes de entrenar con pesas, pero siempre de forma controlada, sin esfuerzos extremos".

65 años en adelante: fuerza, flexibilidad y coordinación

A partir de los 65 años, el enfoque del ejercicio debe centrarse en una combinación de fuerza, flexibilidad y coordinación, aspectos clave para mantener la calidad de vida en esta etapa. Según Daniel Álvarez, "A esta edad, caminar o hacer senderismo puede ser saludable, pero no es suficiente. El ejercicio de fuerza es esencial para mantener la funcionalidad y prevenir la pérdida de masa muscular o sarcopenia".

Álvarez advierte que, si no se ha realizado ejercicio hasta ahora, puede ser más difícil comenzar, pero no imposible: "Es una edad clave para subirse al carro de los ejercicios de fuerza. Si no lo haces, la factura puede ser grande. Sin embargo, si decides empezar a trabajar la flexibilidad, hazlo poco a poco y con paciencia. No hay otra opción". La introducción gradual y cuidadosa de ejercicios es vital para evitar lesiones, especialmente en quienes no han trabajado estos aspectos antes.

Además de la fuerza, el experto sugiere incluir actividades más lúdicas y variadas en la rutina diaria: "El baile es una excelente opción, ya que, además de que es divertido y te permite hacer cardio, también trabaja algo muy importante a esta edad: la coordinación motora". Esta habilidad, que suele disminuir con el paso de los años, es crucial para prevenir caídas y mantener la autonomía. La bicicleta, tanto en exteriores como en interiores (bicicleta estática), es otra opción excelente.

"Mucha gente, tras la jubilación, se aficiona al senderismo, una actividad saludable que combina fuerza y resistencia al mismo tiempo. Además, la natación es altamente recomendable, ya que es un ejercicio prácticamente sin impacto, lo más parecido a moverse sin gravedad", señala Álvarez. Sin embargo, recalca que, aunque la natación es beneficiosa, no se debe abusar de ella: "Un medio ingrávido como el agua puede alterar la densidad corporal, por lo que es importante mantener un equilibrio con otros ejercicios en tierra firme".

Cabe destacar que las recomendaciones de Álvarez están respaldadas por la American College of Sports Medicine (ACSM), una de las entidades más prestigiosas en el ámbito del deporte y la salud a nivel internacional. La ACSM sugiere que, para personas mayores de 65 años, el ejercicio debe centrarse en actividades que trabajen la fuerza, la resistencia y la flexibilidad de manera regular.

Estudios de esta organización destacan que la combinación de estos tres pilares puede mejorar la movilidad, reducir el riesgo de caídas y fracturas, y promover una mayor independencia en las actividades cotidianas. Además, la ACSM subraya la importancia de realizar ejercicios de equilibrio y coordinación para reducir el riesgo de caídas, una de las principales causas de lesiones en personas mayores.

En definitiva, a partir de los 65 años, el ejercicio no es solo una recomendación, sino una necesidad. Como concluye Daniel Álvarez: "No se trata solo de dar paseos cómodos; se necesita trabajar la fuerza, la flexibilidad y la coordinación para mantener una buena calidad de vida y disfrutar plenamente de esta etapa".