1 de abril de 2025
La presión hospitalaria por culpa del aumento de casos relacionados con enfermedades respiratorias aumentó durante este invierno hasta el punto de que obligó a aumentar en un 31% el servicio de enfermería en los centros sanitarios de ciudades como Madrid o Barcelona. Algo en línea con lo que ya denunciaba el SATSE -principal sindicato de enfermeras de España- el pasado enero, cuando en al menos 12 comunidades autónomas las urgencias estaban colapsadas e incluso era recurrente que los pacientes se acumulasen en los pasillos.
Este dato, que acaba de hacer público Livo, una plataforma dedicada a la gestión de turnos en los hospitales, viene a confirmar que durante los pasados meses de diciembre y enero, la crisis de la gripe saturó la mayoría de los centros sanitarios de todas las comunidades autónomas. Por ejemplo, la tasa de contagios en Valencia llegó a superar los 126 casos por 100.000 habitantes durante el pico, mientras que en ciudades como Málaga la semana pasada se atendieron 15.960 urgencias hospitalarias.
La preocupación es evidente porque este aumento de casos de enfermedades respiratorias coincide en el tiempo con un descenso generalizado en las vacunaciones, algo que lleva sucediendo en toda España durante los últimos meses. Y, por ello, los hospitales no han tenido más remedio que aumentar el personal de enfermería durante la crisis de la gripe.
Pero el problema de fondo es que en España, la ratio de enfermeras por cada 1.000 habitantes es de 6,3 enfermeras frente al 8,5 de media en la Unión Europea, según el informe ‘Situación actual y estimación de la necesidad de enfermeras en España, 2024’, presentado por el Ministerio de Sanidad el pasado enero. Según el estudio, serían necesarias 100.000 profesionales más para igualar la ratio.
El informe, que está respaldado por una encuesta realizada a más de 55.000 enfermeras, subraya la importancia de este personal dentro del esquema global de atención sanitaria, desde la propia vacunación hasta la atención de pacientes hospitalizados. En este sentido, uno de los datos más preocupantes que se extrae del estudio es que el 39,4% manifiesta abiertamente la intención de dejar la profesión en los próximos 10 años.