Los casos de cáncer en el mundo se dispararán un 77% hasta 2050
El número de nuevos diagnósticos superará los 35 millones, frente a los 20 estimados en 2022. Los tumores más frecuentes son los de pulmón y mama, que suman casi uno de cada cuatro diagnósticos.
Madrid |
La pregunta clave es ¿por qué? ¿Por qué aumenta sin parar el número de nuevos diagnósticos en cáncer? Y no tenemos todas las respuestas. Sí disponemos de algunos datos. Detrás de las cifras está el evidente aumento de la población, a más personas, mayor es la posibilidad de que se diagnostique un cáncer. También el envejecimiento de la población, ya que el cáncer es una enfermedad (o un conjunto de enfermedades) muy ligadas a la edad; diríamos que cumplir años es un factor de riesgo para desarrollar cáncer. Pero entre las respuestas también tenemos que incluir otros factores, fundamentalmente hábitos nocivos como el tabaco, el alcohol y la obesidad (ligada a una alimentación escasa en frutas y verduras). Hay otros, como la contaminación atmosférica, la exposición a los rayos ultravioletas, a contaminantes como el radón, a tóxicos como el amianto o el arsénico, etc. Y hay un importante número de casos que no responden a causas determinadas, cánceres que están aumentando sin que la ciencia haya dado todavía con la causa para ello.
Una de cada cinco personas desarrollará un cáncer
Calcula el Centro Internacional de Investigaciones sobre Cáncer, organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud, que en 2022 hubo 20 millones de nuevos casos de cáncer. En 2050 serán 35 millones, lo que supone un incremento del 77%. Ahora mismo, los tres tumores con mayor incidencia son pulmón, mama y colorrectal. El cáncer de pulmón es el más frecuente, sumó en 2022 2,5 millones de nuevos casos. Le sigue de cerca el de mama, con 2,3 millones de diagnósticos. Juntos suponen uno de cada cuatro nuevos casos de cáncer. Por detrás se sitúan, además del colorrectal, el cáncer de próstata y el de estómago. Advierte la OMS que estas cifras muestran que "alrededor de una de cada cinco personas desarrolla cáncer a lo largo de su vida".
Hace sólo dos años el cáncer de mama ocupaba la primera posición en diagnósticos del mundo, pero ha sido desplazada de nuevo por el cáncer de pulmón, algo que la OMS atribuye al consumo de tabaco en Asia, donde se diagnostican dos de cada tres casos de cáncer de pulmón. Este tumor se mantiene también como el que más fallecimientos causa, 1,8 millones de muertes en 2022, seguido por el colorrectal (900.000), el hepático ( 760.000) y el de mama (670.000 muertes). El cáncer de mama es el más común y el más letal en mujeres, mientras que el de pulmón es el primero en incidencia y en mortalidad entre los hombres.
53,5 millones de supervivientes de cáncer
Dentro de esta cantidad de datos, sobresalen también dos que llaman al optimismo. El primero es la ligera reducción en el número de fallecimientos por cáncer en 2022 (baja la cifra de los diez millones de muertes) y aumenta el número de supervivientes. Se calcula que en todo el mundo hay 53,5 millones de personas vivas a los cinco años del diagnóstico de cáncer.
Paralelamente a los datos de incidencia publica la OMS los resultados de una encuesta que muestra que la mayoría de los países no financian adecuadamente tanto los servicios de atención oncológica como paliativa dentro de la cobertura sanitaria universal. Sólo el 39% de los 115 países estudiados cubren los aspectos básicos del tratamiento y sólo el 28% la atención paliativa. Esta desigualdad es especialmente grave en el caso del cáncer de mama. Las mujeres de países con un Índice de Desarrollo Humano (indicador que mide el progreso del país) bajo, tienen un 50% menos de probabilidades de ser diagnosticadas de cáncer de mama que las de los países con un IDH alto, y sin embargo, corren un riesgo mayor de morir de la enfermedad, "debido al diagnóstico tardío y al acceso inadecuado a un tratamiento de calidad", explica la OMS.
También se detecta inequidad en los servicios de radioterapia. Hay cuatro veces más probabilidades de que estén incluidos en un plan de salud de un país de renta alta que de uno de renta baja. En el caso de los trasplantes de médula, esa diferencia se triplica. Hay 12 veces más probabilidad de que se incluya en los países ricos que en los pobres.