El pasado 3 de enero las autoridades sanitarias de Panamá informaron que fue detectado el primer caso del linaje JN.1, de la nueva variante BA.2.86 del coronavirus, más conocida como 'Pirola'.
La BA.2.86 fue observada por primera vez en julio de 2023 y la Organización Mundial de la Salud la considera como una variante de interés, aunque ha sugerido que para la población la subvariante JN.1 es de "bajo riesgo" en comparación con otras variantes en circulación.
Un estudio que publica Cell, y encabezado por la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU), indica que esta subvariante de omicron puede infectar células humanas que recubren la parte inferior del pulmón y llevar a cabo la fusión de la membrana de la célula huésped con el virus de forma más eficiente.
Estas dos características están relacionadas con síntomas graves de la enfermedad causada por el SARS-Cov-2, recuerda la universidad.
El equipo realizó estudios de cultivo celular utilizando pseudovirus: un núcleo viral no infeccioso rodeado por diferentes proteínas spike del SARS-CoV-2 en la superficie estructuradas para coincidir con las variantes conocidas. La preocupación es si esta variante, “así como sus descendientes, incluido JN.1, tendrán o no una mayor tendencia a infectar las células epiteliales pulmonares humanas de forma similar al virus parental que lanzó la pandemia en 2020", señaló.
Desde la Asociación Médica Estadounidense explican que "en algunos casos, todavía pueden aparecer síntomas como la pérdida temporal del gusto y el olfato, pero se ha vuelto menos común con la variante y subvariantes de ómicron". Por lo que los síntomas son como los de otras variantes, y los más comunes son los siguientes: