"Va a tener un impacto catastrófico", la directora de la UNRWA para Europa, sobre la suspensión de actividades notificada por Israel
La directora para Europa de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) explica a Onda Cero las graves consecuencias que tendrá su salida forzada de Gaza y Cisjordania.
Madrid |
La decisión del gobierno de Israel de prohibir la actuación de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) amenaza con provocar un 'colapso humanitario' en la Franja de Gaza y Cisjordania. Una preocupación compartida tanto por la propia agencia, como por las ONGs que trabajan sobre el terreno y que dependen por completo de la actividad logística de la UNRWA para hacer llegar su ayuda. El pasado lunes, el gobierno de Benjamin Netanyahu notificó formalmente a Naciones Unidas la suspensión de actividades del organismo que lleva brindando ayuda a los desplazados palestinos desde 1967.
A pesar de que una investigación independiente de la ONU desmintió la principal acusación de Israel contra la UNRWA -que sus trabajadores colaboraron con Hamás en los atentados del 7 de octubre y que los terroristas utilizan sus instalaciones para ocultarse y diseñar atentados- el Parlamento hebreo aprobó recientemente dos leyes para prohibir sus actividades en suelo israelí. Una suspensión que podría materializarse en un plazo máximo de tres meses dejando sin servicios básicos (como educación, salud y alimentación) a millones de refugiados palestinos.
"Va a tener un impacto catastrófico, no solo en Gaza, sino en toda la región porque ahora mismo, no hay una organización con la capacidad de sustituirnos", denuncia a Onda Cero Marta Lorenzo, directora de la UNRWA para Europa. "Imaginaros lo que sucedería si, de un día para otro, miles de trabajadores humanitarios ya no pudieran asistir a una población que está completamente desesperada", insiste Lorenzo, “nuestras instalaciones ahora mismo sirven de albergue y hay más de dos millones de personas que dependen de nosotros para su supervivencia".
La salida de la UNRWA sería especialmente dañina para los menores de edad, tal y como denuncia su directora para Europa: "En Cisjordania se quedarían sin acceso a la educación casi 50.000 niños, pero también hay que pensar en el futuro, pues una vez que termine la guerra, no hay ninguna otra agencia de Naciones Unidas capaz de restablecer el sistema de educación para más de 600.000 niños en Gaza".
La decisión del gobierno israelí es firme, pero desde la UNRWA todavía confían en que la presión internacional pueda revertirla: "Necesitamos más que nunca el apoyo de la comunidad internacional para evitar una situación aún más catastrófica de la que estamos viviendo si estas leyes llegan a implementarse”, denuncia Lorenzo, “están creando un precedente nunca visto por parte de un Estado miembro de la ONU que, evidentemente, contradice la Carta de Naciones Unidas y el propio mandato que nos dio la Asamblea en 1949".