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Boris Johnson ha anunciado que Reino Unido ha pasado a la segunda fase de su plan contra el coronavirus, que trata de "retrasar" en lugar de contener la epidemia, por lo que por el momento evitará tomar medidas drásticas.
Hasta ahora, Reino Unido ha confirmado 596 contagios por coronavirus y diez muertos, aunque estima que el número real de casos puede ser bastante mayor, en torno a los diez mil.
Johnson asegura que la epidemia se continuará extendiendo y advierte de que "muchas familias perderán a sus seres queridos antes de tiempo", ya que esta es la "peor crisis de salud pública en una generación".
No obstante, afirma que no se tomarán medidas drásticas para contener la epidemia y que todos sus pasos van a estar guiados "por la ciencia".
Asegura que por el momento no se cerrarán las escuelas porque el consejo científico dice que la medida podría hacer "más mal que bien". A pesar de todo, se sigue valorando la medida y no se descarta aplicarla si la epidemia se extiende bastante más.
Respeto a los eventos multitudinarios: "Prohibirlos tendría un efecto limitado en la expansión".
Por ahora, las recomendaciones del Gobierno de Johnson se limitan a pedir a los ciudadanos que se aíslen en sus casas durante al menos siete días si tienen síntomas como tos y fiebre, aunque sean leves.
"Lo más importante es proteger a los mayores y a la gente más vulnerable durante las semanas más graves de la epidemia, cuando habrá un máximo riesgo y el sistema sanitario estará bajo más presión. Ese periodo más peligroso no es ahora, sino dentro de algunas semanas", asegura.
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