Todo el mundo está pendiente de la suerte de los participantes de la expedición del sumergible Titan del que se perdió toda señal el domingo 18 de junio durante una inmersión en los restos del naufragio del Titanic.
El submarino turístico pertenece a la empresa Oceangate, cuyo CEO, Stockton Rush, es uno de los cinco pasajeros desaparecidos. Junto a él viajaban el empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman, el explorador británico Hamish Harding y el explorador francés Paul-Henry Nargeolet.
Rush, de 61 años, es un ciudadano estadounidense descendiente de Richard Stockton y Benjamin Rush, dos de los firmantes de la Declaración de Independencia de Estados Unidos, según publicó a finales de 2022 la cadena CBS.
Estudió ingeniería aeronáutica en la Universidad de Princeton y compaginó los estudios con los de piloto comercial. Según publica la página de OceanGate Expeditions, en 1981 se convirtió en la persona mas joven del mundo en recibir la licencia para pilotar un jet DC8 y durante tres veranos trabajó para una aerolínea que operaba en Medio Oriente.
En una entrevista en la CBS confesó que toda su vida quiso ser astronauta "Yo era parte de la multitud que quería participar en (el programa de viajes a la Luna) Apollo. Para conseguir ese objetivo intenté ser piloto de combate, pero mi vista no era lo suficientemente buena”, dijo.
Pero tuvo una revelación que le hizo centrar el foco en la exploración del océano "me di cuenta de que el océano es el universo. Ahí es donde está la vida", aseguró.
Con este objetivo en mente, Rush fundó en 2009 OceanGate y en 2012 participó en la adquisición de Teledyne, un proveedor de tecnología submarina.
Un enorme dispositivo sique buscando en aguas del Atlántico señales del sumergible turístico creado por su empresa y en las últimas horas la prensa estadounidense ha revelado que OceanGate recibió advertencias internas y externas sobre la seguridad del Titán.
En los últimos años, la seguridad del sumergible ha sido puesta en duda por informes hechos por personal de la propia empresa. En 2018, el entonces director de operaciones marítimas de la empresa, David Lochridge, advirtió de que el batiscafo necesitaba más pruebas para garantizar que era capaz de bajar hasta los 4.000 metros de profundidad de manera segura para sus ocupantes.
Unas críticas en las que también incidieron oceanógrafos, exploradores y líderes de la industria de submarinos que reclamaron a Rush someter al Titán a pruebas por parte de empresas especializadas que certificaran que podía operar a esas profundidades.
Rush lejos de atender estas advertencias las pasó por alto e incluso se mofó de ellas. En unas declaraciones a la CBS, ante la insistencia del periodista sobre la seguridad de su nave, El CEO de OceanGate afirmó que "la seguridad es puro desperdicio. Si sólo quieres estar a salvo, no salgas de tu cama. No te subas a tu auto. No hagas nada".
El New York Times ha recordado también que en 2021, durante la primera excursión del Titán hacia la zona donde están los restos del Titanic, el sumergible tuvo un problema con la batería y tuvo que conectarse manualmente a su plataforma elevadora.
El Titan ha agitado ya el oxígeno disponible y la posibilidad de encontrar supervivientes en su interior es casi imposible.