ORIENTE MEDIO

Por qué Estados Unidos ataca a Irán: todas las claves del conflicto

Carlos Martín

Madrid |

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en una imagen de archivo en la Casa Blanca | REUTERS/Kent Nishimura/File Photo

Estados Unidos ha bombardeado las instalaciones nucleares iraníes de Isfahán, Natanz y Fordo en las últimas horas, en lo que supone un giro más de tuerca en el polvorín de Oriente Medio que desde el 7 de octubre de 2023 -cuando Hamás atacó a Israel- vive una reescalada sin precedentes.

Donald Trump había avisado de que se tomaría un par de semanas para decidir si intervenía o no en el creciente conflicto que estaban manteniendo Israel e Irán. Sin embargo, la operación militar llevada a cabo esta madrugada y que ha sido calificada como "un éxito militar", ha pillado por sorpresa al mundo entero. De hecho, abre un abanico de posibilidades en cuanto a reacciones y consecuencias se refiere.

Claves del ataque estadounidense a Irán

La situación de Israel

Israel es el principal aliado de Estados Unidos en Oriente Medio y desde 2023 se encuentra batallando contra distintas milicias como Hamás o Hizbulá en una guerra sin cuartel y que ha tenido operaciones de inteligencia de una sofisticación inusitada, como la detonación de walkie-talkies o los buscas de los líderes de la guerrilla instalada en Líbano. Asimismo, Netanyahu parece haber tomado la decisión de no dejar una piedra sobre otra en Gaza mientras un solo soldado de Hamás siga respirando.

No obstante, las guerras tienen un coste social, económico y logístico enorme. Israel es conocida a nivel bélico por su inteligencia, la cual recibe una gran ayuda de Estados Unidos; su capacidad de respuesta, cuenta con los medios más avanzados de la región; y por su cúpula de hierro, su escudo antimisiles. Desde hace dos años, concretamente desde el 7 de octubre, Israel lleva repeliendo ataques con su armadura, la cual está dividida en tres niveles equipados con distintos tipos de municiones que se agotan lentamente y que deben ser repuestas.

Precisamente, en las últimas semanas se ha podido comprobar que el denominado 'Escudo de David' no es infalible y que ante ataques masivos de Irán, su capacidad de respuesta se reduce. Es por ello que, ante la posibilidad de que este pudiese llegar a colapsar, Estados Unidos ha decidido atacar a Irán para salir en defensa de su aliado.

La cuestión energética

Tras las guerras de Irak y Afganistán, Irán se ha convertido en el gran enemigo de Estados Unidos en Oriente Medio y es que si bien guardaban buena relación diplomática con el régimen del Sah de Persia, la Revolución Islámica de 1979 promulgó, no solo un retroceso de libertades, sino una animadversión que se ha ido acrecentando con los años contra Occidente y su máximo exponente, Estados Unidos.

Partiendo de esa base y añadiendo el hecho de que Irán es el cuarto mayor productor de petróleo del mundo, se puede entender por qué Donald Trump ha decidido atacar el país. En cambio, Irán cuenta con una baza a su favor en cuanto a intereses comerciales se refiere: el Estrecho de Ormuz, la ruta fluvial por la que se transporta el 20% del crudo y el 25% del gas mundial. Sin embargo, dada la importancia de este enclave, está altamente vigilado por la comunidad internacional, por lo que Irán deberá tener cuidado con sus operaciones si no quiere sufrir más represalias.

Pero si una energía preocupa en Irán no es el petróleo o el gas, sino la energía nuclear y las bombas atómicas. Antes del inicio del conflicto entre Israel e Irán, Netanyahu afirmaba que el país chií tenía la capacidad de fabricar 15 bombas atómicas cuyo objetivo sería el Estado judío. Es por ello que Estados Unidos ha decidido atacar los enclaves de Isfahán, Natanz y Fordo, para evitar que Irán se sintiese tentado de proseguir con su programa nuclear, objetivo que persiguen desde principios de siglo.

Debilidad del régimen ayatolá

En Oriente Medio existen dos grandes alianzas militares y comerciales. Una de ellas es la que mantiene Estados Unidos con Israel (judíos), por un lado, y por el otro con países suníes como Arabia Saudí, Egipto, Jordania, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos (musulmanes), lo que le permite tener un gran control de Oriente Medio a nivel militar (Israel) y comercial (Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos), puesto que los dos mayores enemigos de Irán -Israel y Arabia Saudí- juegan a su favor.

La otra gran alianza es la que forma el denominado 'Eje de Resistencia' y que integran Irán, Hizbulá, Hamás, milicias iraquíes y hutíes. Si echamos la vista atrás, Israel ha acabado con la cúpula de Hizbulá, además, mantiene a Hamás a raya en Gaza y las milicias iraquíes y hutíes no suponen una amenaza. Igualmente, en las últimas semanas ha logrado descabezar el régimen ayatolá, por tanto, con un poco de ayuda de su principal aliado, podrían asestar un golpe definitivo al poder chií.

Un Gobierno que desde hace años se está viendo amenazado por distintas protestas internas de ciudadanos que se oponen a seguir viviendo bajo el yugo de la administración teocrática y que combinadas con los mensajes de revuelta que lanza Reza Pahlavi, hijo del último Sah de Persia, podrían suponer el fin de una época en Irán.