El Gobierno polaco ha decidido aumentar su presencia militar en la frontera con Bielorrusia ante la acumulación de cientos de migrantes en la zona con el objetivo de desestabilizar al Gobierno polaco y las fronteras de la Unión Europea.
En esta línea, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha declarado que "sellar la frontera" es parte del "interés nacional" de Polonia y que "la estabilidad y la seguridad de toda la Unión Europeaestán amenazadas".
"No nos dejaremos intimidar y defenderemos la paz en Europa con nuestros socios de la OTAN y la UE", ha asegurado el jefe del Gobierno polaco, que ha preparado la zona para una escalada de tensión y ha prohibido el tráfico terrestre en el área hasta nuevo aviso.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha llamado por teléfono al presidente polaco para expresarle "la solidaridad de la OTAN y de todos los aliados". Stoltenberg ha calificado de "inaceptable" la táctica de Bielorrusia al utilizar a migrantes para desestabilizar al Gobierno de Polonia.
Desde la noche del lunes, varios grupos de cientos de migrantes se acumularon frente a la valla que delimita la frontera polaco-bielorrusa en el área de Kuznica y, cuando intentaron derribarla, las fuerzas fronterizas polacas les rechazaron con cañones de agua.
Varsovia ha anunciado que ampliará las fuerzas militares destacadas en la frontera, que actualmente suman 12.000 efectivos, y se ha ordenado la movilización urgente de dos batallones en la provincia de Podlasia, al este del país.
Asimismo, se ha trasladado allí a fuerzas policiales de varias ciudades, como Poznan, Gdansk y Lódz, para que colaboren en las tareas de vigilancia.