El Papa Francisco ha expresado este miércoles su "vergüenza" ante los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes o laicos que trabajan en la Iglesia y ha denunciado la "incapacidad" de las instituciones eclesiásticas de ponerlos en el centro.
El Pontífice ha hecho referencia por primera vez al informe de una Comisión Independiente de Francia que cifra en 330.000 los casos de abuso sexuales perpetrados por la Iglesia católica, tanto por sacerdotes como por laicos que trabajaban en sus instituciones. De ellos, se estima que 216.000 fueron menores de edad. El informe que revela los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica de Francia consta de 2.500 páginas y fue publicado este martes por Jean-Marc Sauvé, presidente de la comisión independiente que lo ha llevado a cabo. Tras conocerse el informe, Matteo Bruni, el portavoz del Vaticano afirmó que Francisco había mostrado su "dolor" al tiempo que expresaba su "gratitud" a las víctimas por su valentía al denunciarlos.
"Por desgracia son números, enormes" ha dicho el Papa en referencia al informe en el que emergió un panorama desolador para la Iglesia católica, "muy superior a lo esperado", según reconoció el presidente de la Conferencia Episcopal francesa, Éric de Moulins-Beaufort. "Deseo expresar mi tristeza a las víctimas por los dolores y los traumas que han sufrido. Y también mi vergüenza, nuestra vergüenza, mi vergüenza por la demasiada larga incapacidad de la Iglesia para ponerlos en el centro de sus preocupaciones, asegurando para ellos mi oración. Ayer la Conferencia episcopal, la conferencia de los religiosos y religiosas franceses ha recibido el informe de la comisión independiente sobre los abusos sexuales en la Iglesia encargada de evaluar la amplitud del fenómeno de las agresiones y de las violencias sexuales cometidas contra menores desde 1950. Resultan por desgracia numerosos casos considerables" afirma el Pontífice.
"Recemos, Señor a ti la gloria y a nosotros la vergüenza" afirmó. Francisco también animó "a los obispos, a los fieles, superiores y religiosos a continuar todos los esfuerzos para que dramas parecidos no se repitan" y expresó apoyo a los religiosos franceses para que superen "esta prueba dura, pero que hará bien". También invitó a los católicos franceses a asumir "sus responsabilidades para que la Iglesia sea una casa segura para todos".